Policía, fotos, lluvia y nada más
El acceso al Calderón en el primer partido tras la expulsión del Frente Atlético se produce con normalidad
Si hubo algo más presente en los alrededores del Vicente Calderón que la sensación de extraña calma que rodeaba el estadio fue el mal tiempo. La lluvia y el frío contribuyeron a que la tarde perdiera totalmente el color de otros días. Como si los elementos se hubiesen puesto de acuerdo en que las situaciones atípicas se pintan de gris. A pesar de la notable falta de entusiasmo, el acceso al Vicente Calderón se produjo sin incidentes el día del primer partido tras la expulsión del Frente Atlético por la reyerta con los Riazor Blues que terminó con el homicidio de Francisco Romero Taboada. El gran despliegue policial encargado de custodiar la entrada al campo de los aficionados resultó suficiente para evitar que se produjera ningún tipo de altercado en los aledaños del estadio rojiblanco
Ni siquiera la veintena de puestos que rodean el campo del Atlético parecieron brillar tanto como en otras ocasiones. Muchos de ellos seguían teniendo a la venta bufandas del Frente Atlético, pues su entrada en el campo no estaba prohibida, no así las pancartas y los símbolos que adornaban la zona del campo en la que se reunían los miembros de la peña ultra en el campo. El flujo de personas que se acercaba a observarlas era notablemente menor que el habitual. Sus dueños habían empezado a colocar el material dos horas y media antes de que arrancase el partido ante el Villarreal, calificado de alto riesgo. Para entonces, los más de 250 policías desplegados hasta el Calderón recibían las últimas instrucciones y aguardaban a la espera de que se pusiera en marcha el operativo especial establecido para el control del acceso de los socios con abono en la Grada Joven del Fondo Sur dispuesto en las puertas 43, 44, 45 y 46. Algo que estaba previsto para las cinco de la tarde. Minutos antes, varios operarios del club dispusieron una especie de acceso artificial con varias vallas metálicas con cinco entradas. Entre medias aguardaban dos controles. El primero por parte de la seguridad privada del club, y tras ellos el policial. “Vamos a esperar un rato, ¡qué vergüenza tío!”, comentaba un aficionado. Ambos querían evitar la que se había convertido en una de las estampas más fotografiadas del día. El enorme despliegue policial generó que incluso una fotografía con los propios agentes fuera una de las más demandadas. “Estamos trabajando, lo siento”, se excusó uno de ellos cuando dos personas le requirieron para una instantánea. “¡A por ellos hasta la muerte, siempre!”, voceó otro de los aficionados rojiblancos que bordeaban la zona. Hubo quien se dirigió a los cámaras que se apostaban cerca de las puertas custodiadas para recriminarles su trabajo. “¡Prensa hija de…!”, se pudo escuchar en varias ocasiones.
"¡Hay más policías que personas macho!”, le espetó otro simpatizante rojiblanco a su congelado compañero. Atravesaron la improvisada aduana aficionados de todo tipo, desde padres con sus hijas, hasta adolescentes que tuvieron que enseñar tanto el DNI como el abono del club para poder acceder a sus asientos. Al final, ese pequeño mal trago fue lo único destacado de un partido en el que la lluvia, las fotos y la policía, fueran afortunadamente las únicas protagonistas.
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