Rafinha, en la lista de espera

El 4 de mayo quedó bien claro. "Rafinha, sí", contestó Luis Enrique, por entonces todavía técnico del Celta, a tres integrantes del área deportiva del Barcelona, reunidos todos en su casa de Gavà por primera vez para hablar de fútbol azulgrana, del equipo de trabajo que quería traer consigo, de cómo se relaciona con el vestuario, con la directiva y la prensa, además de la valoración de la plantilla y de los posibles cambios de jugadores. No es que se profundizara en los nombres del futuro Barça, pero desde el área deportiva tenían claro que Rafinha y Deulofeu tenían sitio en el equipo. Ocurrió que el segundo no convenció al técnico —"es una decisión personal y no iba a tener minutos", se justificó antes de acabar la pretemporada—, pero sí el primero, a quien ya conocía del Barça B y a quien le entregó el papel de agitador en el Celta, primero de volante y luego de extremo, finalmente de falso nueve. Pero el 12 suma más minutos en la rebotica que en el campo, aquejado de unas molestias musculares que se alargan más de lo esperado. "No tiene nada crónico ni preocupante", zanjan desde el Barcelona.

“No tenemos ninguna duda con Rafinha; tendrá minutos en el equipo”, cuentan desde el club

La nueva andadura de Rafinha en el Barça ya empezó mal, toda vez que un pisotón le dejó el dedo gordo del pie izquierdo a la virulé durante una semana, por lo que se perdió el primer duelo ante el Recreativo. Enchufado después, Luis Enrique no dudó en darle el frente de ataque en los tres encuentros siguientes. "Puede jugar en varios puestos, pero su posición natural es la de interior izquierdo", reflexionan desde el club; "otra cosa es que en pretemporada actuara de falso nueve, quizá más por las ausencias de arriba". Aunque ahí jugó en su primer partido oficial de la Liga, frente al Elche. Y en el segundo, contra el Villarreal, se retrasó como interior. También participó ante el Apoel, justo antes de "sufrir molestias musculares", como indicaba el parte médico. 132 minutos repartidos en tres partidos, dos de ellos como titular. "Es una alegría poder jugar en este equipo", convino entonces el jugador; "ha sido una sorpresa, pero me refuerza y creo que puedo mejorar". Ocurrió, sin embargo, que las molestias en el muslo izquierdo no remitieron —se perdió los duelos del Levante, Málaga, Granada y PSG— e incluso tuvieron eco porque parecía listo para el Rayo y volvió a caerse del entrenamiento y de la lista. Así, parece haber perdido su silla en el campo, con Rakitic e Iniesta asentados de volantes, bien aderezados por un Xavi que en las últimas fechas les discute el protagonismo; y con Messi, Neymar y Pedro o Munir en el frente de ataque.

"Rafinha hizo un año estupendo en el Celta y pronto supimos que su viaje sería de ida y vuelta", cuentan desde el Barcelona. De hecho, en Balaídos se repitió al final de la temporada el cántico de "¡Rafinha quédate!". "Es el ejemplo del jugador que se foguea fuera, coge minutos y confianza, y regresa para ser uno más de la primera plantilla", explican desde el club azulgrana. Pero queda por ver ahora cómo encaja. "El área deportiva y el entrenador tienen claro que es un futbolista que va a aportar mucho al Barcelona", cuentan desde las oficinas. "No tenemos ninguna duda con Rafinha; tendrá minutos en el equipo", añaden otras voces del club.

Mientras 14 compañeros están con sus respectivas selecciones, Rafinha pasó ayer por la ciudad deportiva para su puesta a punto (junto a Vermaelen, que tampoco ha debutado con el equipo porque ya llegó lesionado, y Luis Suárez), ya que se presupone su regreso para el siguiente duelo de Liga, dentro de dos semanas ante el Eibar. Para entonces no le quedará otra que pedir turno.