“No voy a cambiar por un resultado negativo”

El primer traspié del Barça no le ha borrado la sonrisa al técnico Luis Enrique. Si bien digirió la derrota en París, competitivo como es, con el gesto torcido, en apenas unos días ha recobrado la energía y el discurso. Y, según cuenta, hace oídos sordos a las críticas. "Ante eso, mi posición es neutra. Me conozco la casa y el cargo, y hace muchos años que me dedico al fútbol al nivel profesional. No se trata de comprender las críticas, sino de aceptarlas. Es algo que va ligado al cargo, al club. Desde que me he sentado aquí siempre he dicho que iba a ser difícil". Y tiene claro que su propuesta no se toca.

En el Parque de los Príncipes, falló el equipo en la salida del balón, no supo amasar el cuero en la medular y concedió suficientes ocasiones de gol. "El otro día hubo errores individuales que nos costaron goles. Pero la actitud fue encomiable… me gustó lo que vi. No así el resultado final", explicó. Y, siempre reacio a explicar las variantes tácticas o desmenuzar su juego, abundó: "Aquí se generan debates hasta por mover una piedra. Pero no voy a cambiar mi manera de actuar ni mi planteamiento. No voy a cambiar por un resultado negativo, por tres o por 50". Ocurre, sin embargo, que la idea de Luis Enrique siempre es la misma: "Hay que interrelacionar a los jugadores y se trata de tener el balón para hacer daño al rival". Una tarea complicada ante el Rayo (sábado a las 18.00 horas), equipo con gusto por la posesión. "Es un equipo que me gusta especialmente desde que está Paco", intervino el entrenador azulgrana; "no especula, reduce espacios, sabe jugar… te complica la vida. Es un claro ejemplo, un referente, de lo que puede ser un equipo atractivo sin demasiado presupuesto". Y añadió: "Los dos conjuntos queremos lo mismo: el balón".

El otro día hubo errores individuales que nos costaron goles, pero la actitud fue encomiable" Luis Enrique, técnico del Barça

Otra cosa es lo que quieren sus jugadores, toda vez que Xavi aseguró ayer que no se conformaba con la suplencia. "El club contrata a los jugadores para que sean titulares y peleen por ello. Me encanta la rebeldía deportiva, eso beneficia al equipo", reflexionó al tiempo que aclaró que hace la gestión del grupo como cree más conveniente: "Yo no tengo que marcar territorio. No soy un perro de caza, sino que intento desarrollar mi labor de la mejor manera para sacar el mayor rendimiento global de mis jugadores".