“Estamos parados, entrenamos mal, sufrimos”

Se pelea en los despachos, se sufre en el césped. Mientras Murcia y Mirandés esperan a saber si son equipo de Segunda o de Segunda B, sus futbolistas viven angustiados, porque de la decisión depende que formen parte del fútbol profesional o del casi aficionado.

"Estamos sufriendo muchísimo", resume Acciari, capitán del Murcia, el equipo que debe competir en la tercera categoría del fútbol español, según el criterio de la LFP. "Son quince días que no se los deseamos a ningún jugador. No sabemos si el contrato que tenemos es papel mojado o no; nuestros hijos no saben a qué colegio irán; nuestras mujeres no saben si habrá que hacer una mudanza o no... esto es un disparate total", añade el argentino, de 35 años, que vestirá la casaca del Murcia por novena temporada. "Confiamos en la justicia española", sigue el centrocampista. "Nos han hecho un daño grande en la planificación. Estamos parados. No viene ningún jugador, nos entrenamos mal, pensando en lo que puede pasar, con la cabeza en otro sitio. Todo se hace cuesta arriba. Sufrimos", describe.

Acciari, el preferido de la afición roja ("¡Acciari, písalos; Accieri pisalos!", bramaban los radicales a las puertas de la Liga cuando fueron a protestar por el descenso administrativo de su equipo), también se pone en la piel de sus compañeros del Mirandés. "Es que lo que nos pasa a nosotros les pasa a ellos", explicó. "Esto debe servir para futuras temporadas, como legado, para cambiar los tiempos y las formas de ahora, que no son los adecuados: a 1 de julio, todos los equipos deberían saber si están descendidos administrativamente o no, tener la tranquilidad de no tener ningún problema".

"Son quince días que no se los deseamos a ningún jugador", dice Acciari

"Desde el día 8 de agosto tenemos formalizada la inscripción en la Liga y somos un miembro de pleno derecho", dijo Alfredo de Miguel, presidente del Mirandés, en declaraciones recogidas por Efe. "Estamos teniendo muchas dificultades para configurar la plantilla debido a las circunstancias. La decisión de la Liga premia el control económico y evita los desfases en cualquier equipo".

El día que el Mirandés conoció que la LFP había decidido que ocupara la plaza del Murcia en Segunda, contaba con 13 futbolistas y su estadio no cumplía con los requisitos de la categoría. Desde entonces, se suceden las negociaciones a marchas forzadas para armar un plantel competitivo, con el mercado ya casi agotado por el resto de clubes, y los despachos del equipo burgalés sometidos a la presión de los constantes cambios de escenario: primero, el auto que obligaba a readmitir al Murcia; luego, la suspensión del inicio del campeonato por parte de la LFP; más tarde, la cita organizada el jueves entre esas dos partes en los juzgados... Como dijo Acciari: "Pasamos un momento malo".