Valverde se ata a la segunda plaza
El murciano se beneficia del hundimiento de Bardet, tercero en la general, para afianzar su posición de máximo rival de Nibali en la primera etapa pirenaica que gana Rogers
Firmó su victoria con un gesto de caballero. El australiano Michael Rogers se adjudicó este martes la primera etapa del tríptico pirenaico tras fugarse en el descenso del Puerto de Balés, el espantapájaros montañoso del día. El corredor del conjunto Tinkoff-Saxo, de 34 años, hizo una reverencia al cruzar en solitario la meta en Bagnères-de-Luchon. Rogers prolonga la buena racha de los excompañeros de Alberto Contador al conseguir la segunda victoria para los de Bjarne Riis, tras vencer Rafal Majka en Risoul el pasado sábado. El maillot amarillo Vincenzo Nibali mantiene el liderato, pero sus perseguidores cambian: el francés Thibaut Pinot sube a la tercera plaza en el lugar de su compatriota Romain Bardet, que perdió casi dos minutos en la línea de meta. Alejandro Valverde sigue segundo en la clasificación general. El murciano estuvo continuamente pegado al líder, y aceleró en el descenso del puerto de Balés para arañar más tiempo a sus perseguidores y reforzar su segunda plaza.
Clasificaciones
ETAPA
1. Michael Rogers (AUS/Tinkoff) les 237,5 km en 6h 07m 10s (velocidad media: 38,8 km/h)
2. Thomas Voeckler (FRA/Europcar) a 9s
3. Vasili Kiryienka (BLR/Sky) m. t.
4. José Serpa Perez (COL/Lampre) m. t.
5. Cyril Gautier (FRA/Europcar) m. t.
18. Alejandro Valverde (Movistar) a 8m 32s
GENERAL
1. Vincenzo Nibali (ITA/Astana) 73h 05m 19s
2. Alejandro Valverde (Movistar) a 4m 37s
3. Thibaut Pinot (FRA/FDJ) a 5m 06s
4. Jean-Christophe Péraud (FRA/Ag2r) a 6m 08s
5. Romain Bardet (FRA/Ag2r) a 6m 40s
Michael Rogers, triple campeón mundial de contrarreloj, iba fugado en un grupo de cinco corredores cuando decidió acelerar a falta de cinco kilómetros de la meta. El australiano puso el turbo en las últimas curvas del descenso del Puerto de Balés y en el llano que llevaba a los ciclistas a Bagnères-de-Luchon para distanciarse del colombiano José Serpa, del bielorruso Vasil Kyrienka y de dos franceses, Cyril Gautier y el carismático Thomas Voeckler, que esprintó para acabar segundo tras triunfar por dos veces en 2010 y 2012 en la ciudad pirenaica.
Fue una fuga cosmopolita la que abrió el desfile de la etapa más larga del Tour del 2014, con 237,5 kilómetros. 21 hombres tomaron la delantera tras varios intentos infructuosos. En este grupo destacaba la presencia de ocho ciclistas galos, de tres belgas (Bakelants, Van Avermaet y Keukeleire), del polaco Kwiatkowski, expretendiente para la clasificación general, del campeón español Izaguirre y del colombiano Serpa. Los escapados convivieron juntos durante 130 kilómetros, atravesando la llanura del Languedoc y cruzando dos puertos, hasta que se presentó el Puerto de Balés que contaba con rampas medianas del 7,7 %. Prendió la mecha el francés Roy, insistió el bielorruso Kyrienka y reventó todo Voeckler. Se quedaban cuatro ciclistas en cabeza de carrera, mientras la Movistar iniciaba su labor en el pelotón: Voeckler, su compañero del Europcar Gautier, Serpa y Michael Rogers. El ritmo del colombiano fue tan alto que acabó por extenuar a Gautier a falta de cinco kilómetros para coronar el puerto. Pero todo se resolvió finalmente en el descenso, donde no se esperaba que se resolviera la carrera.
Alejandro Valverde había prometido en la jornada de descanso que su equipo el Movistar daría guerra y lo cumplió. El conjunto que dirige Eusebio Unzué tomó las riendas del pelotón nada más empezar el ascenso del puerto de Balés. La labor del equipo español deshidrató a la multitud, en la que se quedaba a salvo tan solo un grupo de quince corredores. Tejay Van Garderen, quinto en la general y Jurgen Van den Broeck, undécimo, fueron los más damnificados. Pues el chavalillo galo Pinot aceleró una primera vez en medio del puerto, lo que causó la perdición de su compatriota Bardet, tercero en la general, y una segunda vez al coronar el puerto, en la que descolgó a todos incluso a Nibali y Valverde, pero que resultó más simbólica que eficaz. En el largo y retorcido descenso, el murciano intentó sorprender a Nibali gracias al empuje de Izaguirre y Gadret, pero el maillot amarillo controlaba todo.
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