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“Di Stéfano ha sido irrepetible”

Jugadores, excompañeros, multitud de personalidades del mundo del fútbol y miles de aficionados acuden a la capilla ardiente instalada en el Palco de Honor del estadio Santiago Bernabéu

Florentino Pérez y Sergio Ramos en la capilla de Di Stéfano. / Vídeo: Homenaje del Real Madrid a La Saeta RubiaFoto: reuters_live | Vídeo: Luis Sevillano
JORGE MORLA

El flujo de gente que, delante del féretro de Di Stéfano, pasaba, saludaba, sonreía, se persignaba o se inclinaba, solo era interrumpido por alguna figura estelar en el vestíbulo del Bernabéu. A algunos se les iluminaba la cara al ver pasar al central Sergio Ramos, otros mostraban un gesto nostálgico al ver a Amancio. Todos, sin excepción, conocidos o anónimos, tenían palabras para la figura del maestro. “Yo siento que una parte de mí se marcha con su figura”, se lamentaba Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Madrid. “Te dejaba con la boca abierta por su forma de ver el fútbol. Cuando le veías en el campo, te hacías pequeño”, contaba Camacho, que fue jugador cuando don Alfredo entrenaba.

Frente al féretro, cubierto por una bandera del Madrid, más de 10.000 personas, según el club, pasaron para mirar y fotografiar las relucientes cinco copas de Europa, una copa de Liga y el súper Balón de Oro que Di Stéfano consiguió en 1989. Trofeos acompañados de una camiseta con la que jugó, que hoy parece de pijama, y unas botas negras, ahora con el cuero endurecido. Delante de esos tesoros fueron pasando leyendas. “En momentos así nos damos cuenta de que somos una familia. Y se nos ha ido el hermano mayor, porque el padre fue Bernabéu, que también murió durante un Mundial, en 1978”, recordaba el excentral madridista Pirri. “Dio el cambio hacia el jugador total. Es la bandera del Madrid, de sus valores y su grandeza”, sentenciaba otro exzaguero, Fernando Hierro.

Los actuales capitanes del Madrid interrumpieron sus vacaciones para acudir a la cita, acompañados por el presidente, Florentino Pérez. “Su dedicación debe servirnos como ejemplo. El cabezazo de la Décima fue también su espíritu”, confesaba Sergio Ramos. “Le encantaba estar con los futbolistas. Era lo que realmente quería en los actos a los que tenía que acudir”, relataba Iker Casillas, recordando a Di Stéfano, fallecido el lunes en Madrid a los 88 años.

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Caminero, Cerezo, Gabi, acudieron en representación del Atlético de Madrid. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, hicieron acto de presencia por la mañana y, a última hora de la tarde, acudió el rey Felipe VI. “Di Stéfano hizo del fútbol un arte. Fue irrepetible”, declaró.

Eso pasaba dentro del Bernabéu. Fuera, los trajes eran sustituidos por las camisetas blancas y las bufandas, y el pesar corporativo daba paso a la euforia y a la rendida gratitud. “Yo vi jugar a Di Stéfano desde el primer día. 60 años llevo abonado aquí”, contaba Borja, mientras acariciaba con cariño una pared de la catedral blanca. “Era un malabarista. Aceleraba, frenaba, era como si los demás se pararan a saludarle. Y él, claro, les daba plantón y se iba”, recuerda con una sonrisa. La misma figura luminosa surge de los recuerdos de Juan Luis: “Ya nada más llegar demostró que era otra clase de jugador. Marcó la diferencia con los demás”, añade José Luis. De las ventanas de un edificio vecino del Santiago Bernabéu, colgaban tres banderas del Real Madrid, como lágrimas derramadas por los marcos.

“No volveremos a ver a alguien como él”, decía Carlos, que contaba que a los siete años vio el primer partido de Di Stéfano con el Madrid. “Ni dentro del campo ni fuera. Era una personalidad irrepetible”. Embozado en su bufanda morada, Carlos confesaba que al llegar en metro al estadio, cuando la voz mecánica anunció el nombre del estadio, se santiguó. “Lo que más admiro de él, y es una cosa que he ido valorando con los años, es que parecía un tipo corriente”, relataba Antonio, ya jubilado. “Ahora todos son así [y hace un gesto mostrando bíceps]. Este hombre no, era como un tipo de la calle. Solo que excepcional”, contaba, justo antes de entrar al estadio y rendirle su particular homenaje en forma de ramo de claveles. Detrás del improvisado altar de la entrada, las coronas de flores se iban amontonando. Atlético de Madrid, Elche, Sporting de Gijón, muchas peñas… decenas de coronas cuyo número iba creciendo. Coronas que seguirán creciendo en número este miércoles, hasta las 15:00 horas, que la capilla permanecerá abierta.

Este martes, bajo el inclemente sol de mediodía, cuando la cola ya daba casi la vuelta al estadio, un aficionado se arrancaba con una quejosa copla en el silencio general. “El madridismo te llora / Porque te vas al cielo / Tú siempre serás Alfredo / Y yo bendigo la hora / En que el nueve te pusieron”. Y después, todo fueron aplausos.

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Sobre la firma

JORGE MORLA
Redactor de EL PAÍS que desde 2014 ha pasado por Babelia, Cultura o Internacional. Es experto en cultura digital y divulgador en radios, charlas y exposiciones. Licenciado en Periodismo por la Complutense y Máster de EL PAÍS. En 2023 publica ‘El siglo de los videojuegos’, y en 2024 recibe el premio Conetic por su labor como divulgador tecnológico.

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