Cavendish, vencido por sí mismo
La retirada del esprínter británico despierta dudas sobre su aptitud para gestionar la presión
Mark Cavendish, de 29 años, no ha tomado la salida de la segunda etapa del Tour de Francia 2014, tras sufrir una caída ayer. El británico tiene el hombro derecho dislocado, lo que no le permite sujetar normalmente su manillar. Ha hecho una última prueba esta mañana, que le convenció finalmente en dejar la máxima carrera ciclista del año. Así lo ha explicado, con una cara marcada por una infinita tristeza y el brazo derecho cubierto por un chándal, el velocista del conjunto belga OPQS este domingo ante los medios de comunicación.
El abandono de Cavendish, que estará varias semanas de baja según informó su equipo, despierta las dudas sobre su aptitud para gestionar la presión en competición y para controlar sus emociones. La ronda gala llegaba ayer a 500 metros de la casa de su madre, en Harrogate, y Cavendish había anunciado hace meses que quería ganar la etapa para dedicársela a su familia. Además, el británico, que goza de 25 victorias en el Tour de Francia, no había vestido nunca el maillot amarillo, así que la primera jornada le permitía cumplir este sueño.
La gran salida del Tour de Francia en el condado de Yorkshire fue diseñada en parte por la figura de Cavendish, tal y como lo recordó el periódico L'Équipe en su edición de sábado. El rotativo francés afirmó que los organizadores de la ronda decidieron atribuir la gran salida a esta región del Norte de Inglaterra tras una visita en 2012 en la que apareció la cara del sprínter británico como una figura destacada del deporte local en un anuncio publicitario.
"Estoy hundido", lamentó el de la Isla de Man ante los periodistas. "Nunca había sentido nada parecido. Quería entrar en la meta, estábamos en Harrogate, había muchos aficionados que habían venido a verme a mí. Pero cuando subí de nuevo a la bicicleta, ni siquiera podía sujetar el manillar. Me dolía mucho", prosiguió.
Estoy hundido. Nunca había sentido nada parecido. Estábamos en Harrogate, había muchos aficionados que habían venido a verme a mí."
Cavendish reconoció que había mentalizado la llegada de la primera etapa del Tour de Francia desde el pasado mes de octubre, cuando los organizadores desvelaron el recorrido de la carrera. Desde entonces, el ciclista se ha metido mucha presión para conseguir su objetivo. El rotativo L'Équipe relató en esta misma edición que Cavendish envió a su manager Patrick Lefevère un selfie de él vomitando en su baño, tras abandonar a principio de abril de este año Les Trois Jours de La Panne, una carrera que precede las clásicas flamencas. "Quería demostrarme que estaba enfermo de verdad, que no nos engañaba y que sus malos resultados en el inicio de la temporada se debían a su mala condición física", explicó Lefevère.
Tras entrevistarse con su boss, Cavendish recuperó confianza y volvió a ganar. El velocista del OPQS encadenó cuatro victorias en la Vuelta a Turquía, dos en la Vuelta a California y una en la Vuelta a Suiza, dos semanas antes de que se iniciara el Tour de Francia. No fue suficiente para afrontar su mayor reto y sacudirse sus demonios.
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