Kaiser Kaymer
El alemán conquista el US Open, su segundo grande a los 29 años, y recupera el esplendor que le llevó al número uno
Los golfistas son deportistas especiales. Capaces, por ejemplo, de dar la vuelta a su juego aun cuando están en un gran momento, buscando siempre la perfección. Unas veces es el putt, otras el juego largo, la posición del cuerpo en el swing… Cualquier mínimo detalle es susceptible de una vuelta de tuerca en la mente de estos competidores. Así Tiger Woods ha intentado reinventarse varias veces, incluso cuando era el rey indiscutible, como después del Masters del 97 o cuando enlazó los cuatro grandes seguidos entre dos años. Así lo ha pretendido también Martin Kaymer, ganador del Campeonato de la PGA de 2010 y número uno mundial en marzo de 2011. El alemán quiso sin embargo ir más allá y alteró su modo de jugar en busca de un efecto nuevo para su bola, con la idea de ser más sólido en el Masters de Augusta, un campo que parece premiar a los zurdos y los vuelos a izquierda.
Ocurre que a veces el cambio es para peor, y Kaymer se enredó hasta el punto de quedarse seco en los torneos desde noviembre de 2011 hasta mayo pasado, dos años y medio sin probar bocado. Hasta que de algún modo regresó a las raíces, a lo que sabía hacer bien, y ha reaparecido el tremendo golfista que es. Hace un mes ganó el Players, el quinto grande, y este domingo ha conquistado el US Open, su segundo major a los 29 años, con una solvencia que recuerda a los mejores dominadores del circuito. Kaiser Kaymer se impuso en Pinehurst (Carolina del Norte) con ocho golpes de ventaja sobre los estadounidenses Erik Compton y Rickie Fowler, en un campeonato que dominó de principio a fin. El de Düsseldorf ató dos primeras rondas de 65 golpes (cinco bajo par), récord del US Open, y ya no hubo disputa. Sus ocho golpes de ventaja rememoraron la demostración de poder de McIlroy en 2011, aunque sin llegar a los límites del mejor Tiger: 15 de ventaja en 2000. Kaimer navega precisamente entre estas dos generaciones, la del Tigre y la del norirlandés.
Con Woods todavía en la camilla, Mickelson desaparecido, y McIlroy, Justin Rose y Sergio García fuera de los 10 primeros (el español fue 35º; Jiménez, Larrazábal y Gonzalo no pasaron el corte), Kaymer ha vivido un torneo sin excesiva presión tras sus dos primeras jornadas imperiales. Si en el Día de la Madre en Estados Unidos logró The Players, en el Día del Padre ganó el US Open.
Antes de cumplir los 30, Kaymer tiene un palmarés espléndido, adornado además por ser el golfista que celebró el putt definitivo en la Ryder de 2012. Mientras el golf se pregunta por qué versión de Tiger aparecerá cuando se recupere de sus problemas de espalda, y mientras McIlroy sigue sin encontrarse, el alemán ha regresado para optar a todo.
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