Un trofeo en el alambre

Es una secuencia imposible, y refleja que Rafael Nadal y Novak Djokovic decidirán hoy el título de Roland Garros partiendo desde una igualdad agobiante (15.00, Discovery Max y Eurosport). Ocurre en el partido de semifinales que enfrenta a los dos contrarios el año pasado. Se juega el quinto set. El serbio domina 4-3 y 40-40. El pase a la final es suyo. Nadal defiende una pelota y Djokovic se lanza hacia la red para rematar un punto que es como un penalti sin portero. Tantas son sus ganas que toca la red. En consecuencia, el juez de silla le da el punto al mallorquín, que acaba igualando el encuentro y gana un trofeo que parecía perdido. Todo, por una bola de las miles disputadas en 4h 37m. Hoy, como hace un año, e igual que en la final del Abierto de Australia 2012, que el mallorquín perdió tras fallar un pasante como un regalo con 4-2 y 30-15 en el parcial decisivo, el título se compite en el alambre y se decide en un puñado de peloteos escondidos entre centenas de intercambios.

Nadal y Djokovic compiten desde la igualdad. Se han repartido las finales grandes que les han enfrentado (3-3). Saben que el español es la estabilidad y el serbio los arranques de genio. Que el número uno compite siempre llegando al notable, mientras que el número dos roza el sobresaliente igual que baja al aprobado dentro del mismo partido. Que hoy importa hasta el sol: el campeón de 13 grandes quiere altas temperaturas para que corra más la pelota y bote más alto; el ganador de seis prefiere ver nubes para atacar la bola a la altura de la cintura. Todo cuenta, porque se juegan todo.

El serbio trae al partido sus cuatro victorias seguidas sobre Nadal; sus restos, que le quitan la iniciativa al contrario; y su revés cruzado, que ataca al balear ahí donde más le duele, en el costado del drive. El español acude con su récord perfecto en París contra Nole (5-0); con su derecha llameante y su cabeza, que es la que debe actuar como un salvavidas en los momentos en los que el contrario desmonte sus defensas con ráfagas incontestables de juego. Nadal busca igualar los 14 grandes de Pete Pistol Sampras, lo que le empataría con el estadounidense como el segundo tenista con más trofeos del máximo prestigio (Roger Federer tiene 17). Djokovic ansía completar el Grand Slam, los cuatro títulos grandes, el gobierno de la hierba, el cemento y la tierra. Quien triunfe será el número uno. En París, un duelo eterno.