Austin es para Miller
El australiano domina la prueba de principio a fin y logra su segunda victoria consecutiva por delante de Fenati y Vázquez
Nunca había ganado una carrera en el Mundial. Y ahora lleva dos y de manera consecutiva. Jack Miller, un chico nacido en Townsville (Australia) hace 19 años, al que nunca le sobraron las ayudas, que emigró a Europa en busca de las oportunidades que no tenía en su país (como antes había hecho Casey Stoner), que ganó el campeonato alemán de 125cc en el 2011 a pesar de que lo combinaba también con carreras del campeonato de España, país en el que reside con su familia desde hace años; un chaval que se ha roto hasta nueve veces la clavícula y que tantas críticas recibió por su pilotaje alocado, es ahora capaz de liderar una carrera desde la primera hasta la última curva. Por fin, decía él hace unas semanas en el circuito de Losail, tiene una buena moto y puede demostrar de lo que es capaz.
Bajo la tutela de Aki Ajo (un hacedor de campeones) en el equipo oficial de KTM, Miller ha encontrado las líneas de los circuitos, la tranquilidad necesaria, y la confianza que le faltaba
Bajo la tutela de Aki Ajo (un hacedor de campeones) en el equipo oficial de KTM, Miller ha encontrado las líneas de los circuitos, la tranquilidad necesaria, y la confianza que le faltaba. Y como rápido siempre fue, parece dispuesto a no dejar ni las migajas a sus rivales. Eso es lo que hizo en el circuito de Austin, uno de los más técnicos y agotadores del calendario. Había logrado la pole el día anterior por primera vez en su carrera. Salió a por todas desde el primer viraje, aquel con el que se presenta el circuito tejano, con una pendiente a final de la recta de meta de más de 40 metros y, tras el giro a la izquierda, una bajada de vértigo. Y ya nadie pudo siquiera asomarle una rueda para meterle presión.
Se acercó, aunque no lo suficiente, Efrén Vázquez, uno de los veteranos de la parrilla (con 27 años), que parece encantado con su nueva Honda. El vasco no le perdió la pista al australiano en toda la carrera, lo que le dejó muy cerca de la victoria y finalmente le aseguraría el podio. Aunque tuvo que pelearlo, y bien. Primero con Àlex Márquez, que logró engancharse a la pareja en cabeza en apenas cinco giros, y con el que protagonizó diversos adelantamientos. Luego con un magnífico Romano Fenati, que avanzó con paciencia, de menos a más, cuidando sus neumáticos para plantarse en el tramo final de la prueba más fresco que nadie. Aquello le dio fuerzas para intentar discutirle la victoria incluso a Miller, pero no hubo manera. Así que se conformó con la segunda plaza y el abrazo de su “jefe” Valentino Rossi en el equipo patrocinado por Sky.
La carrera se disputó en una esquina, en la horquilla en la que termina la larga contrarecta del trazado de Austin, 1,2 kilómetros de recta que perecen en una curva, la 12, que forma un ángulo de unos 60º. Allí se acercaba Vázquez dispuesto a ganarlo todo, impulsado por la potencia del motor de su Honda. Pero Miller y Fenati, con sus KTM, lograban entrar antes a la curva. Y así fue, otra vez, a falta de dos giros para el final: los tres pilotos llegaron casi en paralelo a aquel punto: y fue Miller quien salió primero, Fenati quien mejor dibujó la curva y Vázquez quien tuvo que abrirse para terminarla. Así llegarían también a la meta poco después. Con Márquez siguiéndoles la pista en busca de una oportunidad que no solo no llegó, sino que se le escurrió por una escapatoria. Se cayó en la penúltima curva de la última vuelta. La gloria en Austin era solo para Miller.
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