Simeone: “En las batallas gana el mejor estratega”

Después de 40 años sin alcanzar una semifinal de la Copa de Europa, los seguidores del Atlético se negaron a abandonar sus asientos cuando Howard Webb decretó el final del partido. Lo mismo homenajeaban a Luis Aragonés a coro que cantaban el himno a capela. El jolgorio hizo que los futbolistas de Simeone abandonaran el vestuario para volver a saludar a una afición que jugó el papel esperado por el técnico. “La gente estuvo fantástica, el ambiente fue muy bonito, intuyo que a los jugadores del Barça, por su jerarquía y porque están acostumbrados, no les influyó, pero a los nuestros sí, porque hubo una energía positiva durante todo el encuentro y el espectáculo fue maravilloso”, apreció el técnico rojiblanco, sonriente en su entrada a la sala de prensa, pero más sobrio cuando ya tuvo que empezar a desgranar el partido.

“Planteamos un partido en dos partes, una en su área, cuando su portero tenía que sacar de puerta, con una presión alta. Cuando no pudimos hacer eso y nos replegábamos, hubo un gran trabajo en el primer bloque defensivo: primero de Villa y Adrián y después del Cebolla Rodríguez. Eso nos permitía que los cuatro del medio trabajaran mejor”. El resultado de esa presión en distintas zonas de la cancha fue que al Barça los 718 pases que dio no le valieron para tener el control del juego tanto como hubiera deseado Martino. En ese planteamiento de Simeone, ofrecer las bandas fue “elegir un mal menor”, porque en los centros desde los costados, salvo un cabezazo de Messi y otro de Neymar, tanto Godín como Miranda se impusieron. “El partido fue trabajado y bien resuelto”, opinó un entrenador que explicó por qué esa apuesta por Adrián: “La decisión de que no jugara Costa fue tomada el martes; quería jugar y se enojó, pero no era el momento de arriesgar. Desde que se lesionó en Barcelona, no había otro jugador más que Adrián para este partido de vuelta. En él han creído su gente, su familia y sus compañeros, que saben de sus características. Mostró el jugador que es”.

Admitió Simeone que sus jugadores tenían el partido muy metido en la cabeza. “El equipo estaba muy concienciado de lo que tenía que hacer, tenía muy claro cómo atacar, cómo presionar, cualquier detalle. Raúl ganó todas las pelotas aéreas, Adrián todos los desmarques, Villa estuvo para los goles. Una vez más, como ha sucedido a lo largo de la historia, en las batallas y en las guerras, no gana el mejor, sino el que mejor estrategia hace y el más convencido de lo que hace”.

“No nos hizo falta ver ni vídeos”, puntualizó Filipe Luis sobre esa claridad con la que interpretaron el partido. El lateral brasileño destacó la presencia de Koke: “Es el futbolista nuestro que más corre. Si he podido imponerme en mi banda es porque él me ayuda mucho, como Arda [baja ayer]”. “Mi gol es importante porque ha ayudado al equipo a pasar a semifinales. Solo eso. Hemos jugado los dos partidos que queríamos y creo que somos justos ganadores. Lo de la gente es espectacular. No hay palabras. Vamos a seguir nuestra filosofía de partido a partido. Me da igual el equipo que nos toque”, decía exultante Koke, que se estrenó como goleador en la Champions. “Irá al Mundial seguro”, vaticina Filipe Luis sobre un futbolista que ha disparado su cotización.

Para no beneficiar al Madrid, que disputará la final de Copa frente al Barça el próximo miércoles, la Liga habría acordado adelantar el partido del Atlético ante el Elche al Jueves Santo. Sobre la revalorización de sus jugadores y la posibilidad de que este verano haya fugas, Simeone soltó una de sus sentencias emotivas: “Podemos envidiar a otros clubes desde el aspecto económico, pero en lo competitivo no envidiamos a nadie”. En esos posibles movimientos de mercado, también está Courtois, a la espera de resolver su futuro, aunque antes hay una cuestión que el meta y el Atlético deben afrontar antes. Existe una cláusula, según reconoció el propio presidente, Enrique Cerezo, por la cual no puede enfrentarse al Chelsea, club que tiene sus derechos: “Podría ser que no juegue”, dijo a la vez que reconocía: “Podría haber una cantidad a pagar, que no nos podemos permitir”. La cláusula podría alcanzar, según fuentes del club, nueve millones de euros.