Lampe redondea la solvencia del Barcelona

El Barcelona ha encontrado por fin lo que tanto echó de menos durante el primer tramo de la temporada: consistencia, regularidad y energías adicionales. Del mal juego y las dificultades de entonces, ha pasado a resolver con la autoridad que se le presupone ante rivales de perfil inferior, como es el Gipuzkoa. El juego del Barcelona es más fluido, favorecido también por la frescura de jugadores que habían pasado muy desapercibidos hasta ahora.

Lampe fue la mejor expresión de esa transformación y se erigió en el bastión sobre el que construyó su triunfo del Barcelona. El pívot polaco, tras la decepción de sus primeros pasos en el equipo y un largo periodo de baja a causa de una extraña alergia, ya había dado muestras de su potencial en las últimas semanas. En San Sebastián, marcó la línea bajo los tableros, sumó 23 puntos y 9 rebotes y mantuvo a raya a Doblas a Ramsdell. Xavi Pascual, con una plantilla tan extensa que pudo permitirse el lujo de prescindir de Tomic y Papanikolaou, dispuso durante muchos minutos un equipo en el que, además de Lampe, llevaron la voz cantante jugadores que no suelen aparecer en su quinteto inicial, caso de Hezonja y Pullen, además de Lampe.

El Gizpukoa, muy inferior en el rebote, solo planteó algunos problemas al Barcelona a través de su alero estadounidense Jason Robinson. Certero en el tiro, con un impecable cinco de cinco en triples, para un total de 34 puntos, Robinson planteó muchos problemas defensivos a quienes se emparejaron sucesivamente con él: Abrines, Hezonja y Oleson. Navarro replicó a Robinson con cuatro triples. Y el Barcelona, muy cómodo con el ritmo de juego rápido que caracterizó el encuentro, llegó a dominar por 24 puntos. Durante el último cuarto, el Gizpuzkoa presionó más y fue muy más agresivo en defensa, pero no consiguió bajar su desventaja de los 10 puntos y no pudo crear dudas en el juego de un Barcelona que certificó el triunfo con solvencia.