Un rebote saca al Almería del descenso

No fue un partido. Más bien un tiroteo, un espléndido arrebato entre dos equipos que soltaron amarras y brindaron un magnífico espectáculo. En él se coló el colegiado Ayza Gámez, que no dio un gol legal al Almería y convirtió en penalti una falta fuera del área de Carlos Martínez a Aleix Vidal. Los errores del árbitro no pueden empañar el soberbio esfuerzo del Almería, que se aferra a la vida, y la calidad de una Real que sufrió mucho ante la necesidad del equipo andaluz. El cuadro de Francisco se rebeló ante una superioridad que lo condenaba, al talento de Vela o el magnífico gol de Agirretxe de vaselina justo después de que le anularan un tanto válido. Respiró con un triunfo que le saca del descenso gracias a la velocidad de Aleix Vidal o el oficio de Soriano. También a esa pizca de suerte que tuvo en el descuento con el gol del joven Hicham. El Almería, que no tenía gol, le hizo cuatro a la Real, un aspirante europeo.

El conjunto vasco pierde comba en la pelea por la cuarta plaza, que parece patrimonio del Athletic. Lo intentó siempre y dio muestras de calidad, pero le faltó instinto en las áreas para certificar un triunfo que tuvo en sus manos. Estuvo 1-2, se dejó remontar con dos penaltis en contra y todavía empató a falta de cinco minutos. En la ruleta rusa que fue el partido, acabó sucumbiendo con el afortunado golpeo de Hicham.

Tiene mérito lo que hace el Almería. Mucho. Sufrir y saber tapar sus vergüenzas, intentar competir ante equipos con mucho más empaque, como la Real. Ante un rival de tan escasos recursos, pero con un corazón enorme, no hubo más camino que el que anduvo el conjunto vasco, magnífico en el toque, superior en la mayoría de las facetas del juego. Aunque le faltaron espacios para correr, porque el Almería se los negó, la Real dominó a su antojo el balón desde el primer minuto. El repliegue intensivo del Almería, consciente de sus limitaciones, facilitó la labor de los vascos. No extrañó, por lo tanto, que la Real se acercara en oleadas a la meta defendida por el veterano Esteban. Por la izquierda y por la derecha, también por el centro, los balones le llegaron a Agirretxe. El delantero, algo despistado, rozó el gol en tres ocasiones en el primer cuarto de hora.

Un vendaval del que el equipo andaluz escapó como pudo, achicando balones, intentando montar contragolpes con la velocidad de Aleix Vidal. El dominio de la Real se tradujo en gol en un penalti de Trujillo. El central metió la mano en el balón envenenado de Vela. El mexicano convirtió con clase, de toque suave, como el perfume de su fútbol. Tan ensimismada estaba la Real con su dominio que se permitió jugadas espectaculares en el área del Almería. Toques rápidos, veloces, grandes conducciones de Canales y hasta una chilena de Griezmann, espectacular, que detuvo Esteban.

El fútbol, que no entiende de belleza, le guardó una sorpresa al conjunto vasco. Una estupenda combinación entre Corona, Soriano y Óscar Díaz se tradujo en el primer gol en Primera del delantero del Almería. Bravo tardó más de lo debido en salir y el balón entró mansamente en la portería. El equipo de Francisco, oxigenado por el fútbol de Corona, había logrado escapar vivo del dominio vasco. El segundo tiempo fue una bendita locura. Errores arbitrales, dos penaltis, carreras y un mejorado Almería se conjugaron en un encuentro sin pausa. Lo tuvo en sus manos la Real, pero se dejó ir ante la voluntad del Almería. El cuadro andaluz remontó un marcador adverso y se hizo con un triunfo de oro en el descuento, con un gol de rebote de Hicham que le supo a gloria, pues le saca del descenso y le permite seguir soñando con la permanencia.