El Madrid sí tiene hambre
Al líder no le puede la rutina y supera con firmeza, dos golazos y ratos de buen juego a un Levante compacto y aferrado a su gran portero, Keylor Navas
Sin turbulencias internas, con el conciliador Carlo Ancelotti, el Madrid pasa por un periodo de exaltación. Tiene hambre. No le puede la rutina, no hay apatías y el virus FIFA afecta a otros. A falta de rematar una faena grande —ante el Barça el próximo día 23, por ejemplo—, el equipo transita firme y autoritario. Al revés que a su clásico rival, no hay quien le baje el pistón y el Madrid se toma a pecho cada asalto. Frente al Levante no fue una excepción. El Madrid jugó con la firmeza necesaria, y a ratos más que bien. Cristiano despejó rápido cualquier duda con un magnífico tanto, le secundó Marcelo con un gol de mucha clase y del resto se encargó el equipo granota. A la hora, David Navarro se excedió en una entrada por detrás a CR, cuando no había peligro alguno para su portería, y luego Nikos tuvo un ataque de pánico y sin una camisa blanca en su radar embocó en su portería. Con todo bajo control, Ramos se ganó la tarjeta que tanto quería para limpiarse el encuentro del sábado en Málaga y llegar sin condenas al clásico. La inquietud para el Madrid pudo ser la lesión de Carvajal, que se desplomó solo al final, y con Arbeloa en la enfermería, pero no fue alarmante.
REAL MADRID, 3- LEVANTE, 0
Real Madrid: Diego López; Carvajal, Varane (Nacho, m. 69), Sergio Ramos, Marcelo; Modric (Isco, m. 74), Xabi Alonso, Di María; Bale, Benzema (Jesé, m. 83), y Cristiano. No utilizados: Casillas; Pepe, Illarra y Morata.
Levante: Keylor Navas; Vyntra, David Navarro, Juanfran, Nikos; Pedro López, Sergio Pinto (Nagore, m. 74), Sissoko, Pallardó (El Adoua, m. 69), Ivanschitz; y Barral (Ángel, m. 87). No utilizados: Jiménez; El Zhar, Rubén García y Xumetra.
Goles: 1-0. M. 11. Cristiano. 2-0. M. 49. Marcelo. 3-0. M. 81. Nikos, en propia puerta.
Árbitro: Iglesias Villanueva. Expulsó con tarjeta roja directa a David Navarro (m. 64). Amonestó a Sergio Ramos, Di María, Vyntra y Pallardó.
Unos 75.000 espectadores en el Bernabéu.
Bien hizo el Madrid en no descuidarse ante el Levante, uno de esos contrincantes que puede resultar ulceroso para cualquiera. Se atrinchera y no concede nada, salvo la pelota, que no es de su reino. Joaquín Caparrós no se recata, descuelga laterales al medio campo (Pedro López) y se blinda con tres medios defensivos (Sissoko, Sergio y Pallardó). Y al menor despiste, ahí está Keylor Navas, mucho portero, una de las grandes sensaciones de la Liga. Lo confirmó con creces en Chamartín, donde solo se vio superado por dos grandes goles y un churrazo de su compañero Nikos en propia puerta.
No se demoró el Madrid, en el que no cabe la desidia. Abrumador de inicio, encontró la primera solución en Cristiano Ronaldo, que se colgó de los cielos para rematar con un frentazo un córner lanzado por Di María. Le querían anudar Sissoko, que tiene techo de pívot, y David Navarro, que no es un caramelo. Nada que hacer. Cuando el portugués coge batida es Hércules con muelles, alguien capaz de suspenderse en el espacio, cabecear duro y a la esquina. Una solución a la altura de Cristiano. Un dato demoledor define los planetas del Real Madrid y el Levante: 24 tantos lleva CR en Liga, solo dos más todo el conjunto granota.
Sergio Ramos consiguió la tarjeta que quería para llegar limpio al clásico del día 23
La diana de Cristiano a los 10 minutos puso en jaque al Levante, al que si le dejan masticar los encuentros acaba por negar a cualquiera. Por algo circula sin sobresaltos en zonas muy templadas de la clasificación. En el Bernabéu no se descompuso hasta el segundo tramo, pese al temprano gol en contra. Mantuvo el formato y padeció algún agobio de más por la poca aplicación defensiva de Ivanschitz, un notición en un grupo de Caparrós. Lo advirtió el Madrid, que cargó el juego con diagonales sobre el costado izquierdo de la defensa levantina. Por mucho que el técnico andaluz quisiera incomodar a Alonso con Sergio Pinto como vigía, el tolosarra y Sergio Ramos, que tienen pierna fuerte y toque ajustado, insistieron con machaconería por esa ruta. Carvajal lo aprovechó mejor que Bale, algo pálido, sin el martillo de otras jornadas. En el otro costado, hasta el despegue absoluto de Marcelo tras el descanso, Di María hizo de todo.
Lo único malo para el Madrid, la lesión de Carvajal, de los mejores junto a Marcelo
Con Keylor Navas como paladín —espectacular su parada con las yemas de los dedos a un cabezazo de Benzema que rebotó en un poste— y Diego López en la hamaca, el Madrid se retiró al camerino sin otro susto que el que se llevó Varane, feliz en su regreso, al que Ivanschitz pateó sin venir a cuento la rodilla derecha. Por suerte para el francés, no tuvo consecuencias. La única falta gravosa junto a la posterior de David Navarro que le costó la roja. Antes, Marcelo, desatado tras el descanso, llegó como un tiro por la izquierda, le asistió Cristiano, sacó la cadena a un defensor con un amago y clavó la pelota en la red con la derecha. Imparable hasta para Keylor, que tiene reflejos para casi todo.
Para el Madrid ya todo era coser y cantar, tiempo para Isco, Nacho, Jesé, la segunda batería. El encuentro estaba resuelto, la superioridad local era aplastante y Marcelo y Carvajal no tenían freno. Ya solo era tiempo de abrillantar la faena. Casi lo consigue Ronaldo, pero esta vez su cabezazo reventó el larguero y el bote levantó el polvo de la línea de gol.
Confirmado el liderato, el Madrid subrayó las buenas sensaciones que destila hace tiempo. No se abandona, ha pillado pista y suma y suma cuando ya se huele el clásico. Aunque si el Barça no reacciona de inmediato, quizá esta Liga no sea cuestión de clásicos, sino de lo que suceda por Chamartín y el Calderón.
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