80 días para una sentencia

A Tata Martino la vida de entrenador se le acaba en 80 días. No existe el pasado y no hay más futuro en el horizonte. El mañana empieza hoy (21.00, C+) ante el Almería con la esperanza de jugar bien y ganar. “No hay otra. Tenemos 80 días por delante para que todo termine. En julio hubiéramos aceptado estar en esta situación”. Y en eso está; el camino está marcado.

Martino ha competido contra el ayer, ganó la Supercopa de España al Atlético y llega vivo en tres competiciones al mes de marzo. Recordó ayer que solo hay seis equipos en Europa que puedan presumir de ello, pese a que la última semana ha sido para él un calvario en cada portada. No pareció muy afectado; está de vuelta. Será porque viene de entrenar a Newell’s, su equipo del alma, con todo lo que eso implica. Ayer, relativizó el efecto que le generan las críticas que ha recibido tras la derrota en Anoeta, de la que se culpó abiertamente.

Los futbolistas son el tronco, y si eso está sólido, lo demás poco importa”

Tata Martino

“Dije que me había equivocado porque lo sentí así y lo sigo pensando. A todos nos gusta recibir elogios, pero es cierto que muchas veces los elogios deforman, y a través de las críticas, se mejora. No pongo en tela de juicio ni las críticas ni los elogios; no tengo que analizar las noticias, he de convivir con ellas y centrarme en armar el mejor plantel para enfrentar cada partido”.

Martino no ha exigido refuerzos como condición para seguir —ni a Vidal, del Juventus, ni a nadie— y es muy consciente de que en los próximos dos meses y medio le va la vida de técnico en el Barça, así que no mira mucho más allá. Avisó hace poco de que tenía por costumbre en Argentina planificar las temporadas cinco minutos antes de que comenzaran, así que no cree tener tiempo para pensar en mañana, porque el presente le consume. Tiene contrato por un año más, sabe que romperlo le cuesta dinero y tampoco se ha reunido con el presidente Josep Maria Bartomeu ni con el director deportivo Andoni Zubizarreta. Además, tiene faena suficiente como para no distraerse porque el cargo le exige títulos. Y lograrlos está en su mano, pero pasa por no cometer más errores. “Hemos de ganarlo todo”, avisó.

No niega que ha vivido una mala semana, como lo son todas después de una derrota, pero puesto que solo tiene un objetivo de ahora en adelante, que el equipo juegue bien, no se distrae: “Tendremos más posibilidades de ganar si jugamos como en Manchester que si jugamos como en San Sebastián. Si jugamos bien, todo será mucho más fácil”, convino ayer, día en el que negó que jugar con cuatro centrocampistas sea traicionar al ADN del Barcelona: “Antes también se usó a Iniesta de extremo, ¿o no?”. Y, acto seguido, precisó: “Hemos jugado más veces con tres puntas que con cuatro medios, pero eso nunca significó modificar el estilo azulgrana”.

Martino marcó el camino para los próximos 80 días. “En función de dónde venimos, hemos de salir de la situación. Podemos ser el equipo de hace 10 días contra el City o el de hace seis ante la Real”. Mira al vestuario y parece tener clara la respuesta. “En un grupo con una autocrítica tan alta, no tengo la menor duda de que la reacción va a ser inmejorable, y se va a dar. Me siento totalmente compenetrado con el grupo de futbolistas. Ellos son el tronco, y si eso está sólido, lo demás poco importa”.

Martino, sancionado por un partido —la novedad en la convocatoria es la presencia de Jordi Alba y la ausencia de Pinto por una lumbalgia—, no sabe cómo se comunicará con Pautasso, su ayudante, pero tiene claro que 80 días, 80 nada más, le separan de la gloria o la pena. Y en eso está, a la espera de la única sentencia que acepta: la del juego.