El Betis ficha en el desierto

Las noticias se suceden en el Betis. El colista de la Liga, a ocho puntos de la salvación, ha destituido a Juan Carlos Garrido como entrenador de la primera plantilla, así como a todo su cuerpo técnico. El entrenador valenciano llegó el pasado dos de diciembre al equipo andaluz en sustitución de Pepe Mel y el Betis no ha sufrido ninguna mejora con él en el banquillo. De hecho, solo ha obtenido un punto de 15 en los encuentros de Liga, cayendo además en la Copa ante el Athletic Club. El técnico valenciano será sustituido por Gabriel Humberto Calderón, ex jugador del conjunto verdiblanco en la década de los ochenta y exinternacional con la Argentina de Diego Maradona que logró el subcampeonato mundial en Italia 90. Calderón ha desarrollado buena parte de su carrera en el fútbol asiático y sus mayores éxitos han llegado como seleccionador nacional de Arabia Saudí.

La directiva se plantea fichar a Gabriel Humberto Calderón, exseleccionador saudí

El nuevo entrenador tendrá la difícil tarea de resucitar a un equipo en la posición de colista que solo ha logrado dos triunfos en lo que va de Liga y cuenta con nada más 11 puntos. El consejo bético ha apostado Calderón, apartando opciones como la Abel Resino, Pepe Bordalás o Faruk Hadzibegic, teniendo en cuenta su papel como posible aglutinador de un beticismo que vive una auténtica fractura social. Calderón no ha entrenador jamás en ninguna Liga competitiva europea y su labor en el colista constituye ahora toda una incógnita. Juan José Cañas, hasta hora miembro de la secretaría técnica, será el segundo entrenador. Calderón firma por lo que queda de temporada y una más.

La de Garrido es la cuarta salida de importancia en tan solo mes y medio en un club en plena deriva institucional y deportiva. En este breve periodo de tiempo, el Betis ha echado a dos entrenadores, Mel y Garrido, un director deportivo, Vlada Stosic, e incluso el administrador judicial José Antonio Bosch.

La grave derrota cosechada ante el Madrid por 0-5 y la reacción de la grada solicitando la destitución de Garrido han sido decisivas en el adiós del preparador valenciano, que en ningún momento encajó en el carácter de un club tan peculiar como el Betis. Lo curioso del asunto, que muestra la impericia de los actuales dirigentes del club andaluz, ajenos al mundo del fútbol y colocados por el administrador judicial al que echaron, es que el propio presidente, Miguel Guillén, afirmó ante las cámaras de Canal Plus que el puesto de Garrido no corría peligro porque el entrenador venía haciendo un buen trabajo y había dinamizado a la plantilla.

El Betis pasa por momentos de auténtica zozobra, ya que después del encuentro ante el Madrid la plantilla y el entrenador estuvieron cerca de dos horas reunidos en el vestuario, donde se dijeron cosas muy fuertes a la cara. Los jugadores se negaron a esperar en el centro del campo la esperada bronca de la afición, algo que había sido norma en los anteriores encuentros con Garrido, desobedeciendo al técnico, en el que habían dejado de confiar según algunas fuentes del club consultadas por este diario. A Garrido le comunicó la destitución el presidente, Miguel Guillén, después de que el consejo de administración del Betis estuviera reunido hasta la madrugada del sábado en el estadio verdiblanco.