Coma, el gran superviviente

El calor era sofocante: 47 grados y sin sombra alguna bajo la que cobijarse. Tanto que unos hierbajos que se engancharon en la parte baja de la moto de Paulo Gonçalves (Honda), provocaron, al contacto con el tubo de escape, un incendio irremediable. De la moto no quedaron más que cuatro hierros. Y el piloto de Honda, campeón del mundo de rallies en 2013 y el gran apoyo de Barreda para esta prueba, no pudo más que gritar desesperado que alguien buscara un extintor. Pero ni había extintor, ni hubiera llegado a tiempo. Lo mismo le pasó a Gerard Farrés (Gas Gas), que también abandona el Dakar en esta quinta etapa, de una dureza extrema para los motards y para las máquinas, que venían de dos etapas al límite, una de ellas una maratón en la que no dispusieron de la ayuda de las asistencias. No eran los únicos.

El endurecimiento de la carrera esta edición es tal que en solo cinco etapas ha pasado ya de todo. Y gracias que la organización decidió suspender la segunda parte de la especial para las motos por motivos de seguridad, decía la versión oficial, por miedo a que el terrible calor y el desgaste acumulado se cobrara más víctimas de las debidas. Tras la debacle de este jueves es Marc Coma (KTM) el que se encuentra mejor situado. El catalán, tres veces ganador del Dakar, se impuso en la primera parte de la especial, que se corría siempre fuera de pistas, y que exigía mucho a los motores, siempre al límite del recalentamiento.

Además de Coma, que vuelve con fuerza tras un año de ausencia por lesión, también sonríe Jordi Viladoms

Coma es el nuevo líder, con 41 minutos de ventaja respecto al segundo clasificado, Joan Barreda (Honda), que tuvo unos problemas con el sistema de la gasolina y también perdió el rumbo. Tercero es Chaleco López, a 53 minutos. Y el ganador de 2013, Cyril Despres (Yamaha), es 8º después de un problema mecánico y ya está a una hora y 23 minutos de Coma, demasiado incluso para un pentacampeón del Dakar.

La de este jueves iba a ser la etapa más larga del Dakar, con 912 kilómetros, 416 de ellos de cronometrada, pero finalmente la dirección de carrera se apiadó de los motards, los que más están sufriendo el recrudecimiento de la prueba. “El año pasado muchos pilotos pensaron que el último Dakar había sido un poco fácil. Así que dijimos, vamos a hacerlo un poco más difícil”, explicaba a este diario David Castera, director deportivo de la carrera la víspera de que arrancara el rally. La dificultad es evidente. Las últimas dos etapas avivaron las quejas de Barreda, entonces todavía líder (y ganador de dos etapas): “Se les está yendo la olla. Las etapas son de una dureza extrema”. “Siempre ha habido días muy duros, pero encadenabas dos muy difíciles con otro en el que podías respirar. Este año llevamos tres días seguidos demasiado bestias”, añadía Laia Sanz, que está rindiendo fantásticamente y es 16ª en la general.

Además de Coma, que vuelve con fuerza tras un año de ausencia por lesión, pueden sonreír al término de esta quinta etapa hombres como Jordi Viladoms, fichaje de última hora de KTM, que fue segundo, a casi 13 minutos de su compañero y es cuarto de la general; o Helder Rodrigues, el otro gran nombre del equipo Honda, junto a Barreda, que falló en las primeras jornadas a causa de un virus intestinal, y que terminó tercero a 25 minutos. La cara amarga del día la protagoniza, entre otros, el joven piloto Gilbert Escalé, uno de los gemelos que se estrenan en el Dakar este 2014. Sufrió una caída de cuatro metros, tiene un golpe en la cabeza y en el abdomen, aunque abandonó consciente el vivac de Tucumán camino del hospital y sin heridas de gravedad.

En la categoría de coches (acortada la especial en 98 kilómetros) fue Nani Roma el vencedor. Ya son dos las victorias en cinco etapas y, sobre todo, dos golpes de efecto importantes para la carrera. Dejó tocado a Sainz, que perdía más de una hora por problemas en un sensor de su buggy que le obligaron a detenerse durante el primer tramo de especial. Pero no acabó ahí su mal día. Poco después de terminada la especial, Sainz fue advertido de que recibiría una penalización de una hora por haberse saltado uno de los puntos de paso de la segunda parte de la especial. Además del calor, la navegación jugó también un papel importante en esta quinta jornada. No en vano, los dos primeros clasificados en motos, Coma y Barreda, conscientes de que se habían saltado el último punto de paso antes del final de la especial, dieron media vuelta para recuperarlo y volver a ubicarse desde entonces. Sainz no lo hizo y la hora de penalización que se une a la hora que acumulaba por la mala etapa de este jueves obligan a descartarlo para el triunfo final. La misma sanción y por el mismo motivo recibió Al Attiyah.

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