Osasuna respira en La Rosaleda

Respiró Osasuna con un triunfo agónico en La Rosaleda. Ganó un partido en el que se exhibió primero y sufrió después. Al Málaga lo sostuvo en el primer tiempo Caballero con sus paradas y reaccionó demasiado tarde. Su acoso en la segunda mitad no se tradujo ni siquiera en el empate. Apenas gozó de ocasiones para ello, con algún ramalazo de El Hamdaoui como principal argumento. Le falló Portillo, su elemento más determinante, y se precipitó en exceso buscando el balón al área de Osasuna. También le faltó pausa y criterio, con lo que emborrona su buen inicio de temporada. Lo basó todo en el fútbol directo y el empuje de sus puntas. Demasiado desorden para desarbolar a un rival que se desplomó en el aspecto físico.

No dio Osasuna señales de ser un equipo angustiado. Donde se esperaba el pelotazo surgió el toque y la valentía, dos factores que contribuyeron a una puesta en escena más que fiable. El penúltimo de la clasificación se atrevió a quitarle el balón al Málaga, para el que la apuesta de Javi Gracia supuso toda una sorpresa. Una estupenda sucesión de combinaciones de los navarros aturdió al equipo de Schuster, que era incapaz de detener la superioridad de Osasuna. Una consecuencia de la igualdad que reina en la Liga, donde detrás de Barcelona, Atlético y Madrid los equipos se miden sin complejos.

El repaso de este Osasuna con un triunfo en siete partidos fue importante, con el Málaga frustrado, sin reacción, sufriendo una oleada tras otra del equipo de Gracia. A los dos minutos ya había avisado Oriol Riera en un magnífico contragolpe, salvado por Caballero. Fue el anticipo de una catarata de acercamientos con peligro de Osasuna. De las Cuevas, muy bien entre líneas, y Lolo acariciaron el gol, hasta que el propio Oriol Riera metió en la red un medido pase de Sisi. El delantero se anticipó muy bien a Angeleri, toda la semana entre algodones, y el gol no hizo sino premiar el excelente juego de Osasuna. Al gol siguieron hasta tres ocasiones más de los navarros, bien resueltas dos por ese seguro de vida que tiene el Málaga en Caballero.

Lo mejor al descanso para el Málaga fue el resultado, pues la diferencia mínima en el marcador todavía daba opciones a los andaluces. Con una defensa lenta y sin señales de Portillo, su mejor hombre, el Málaga fue hasta ese momento un equipo lento y previsible, superado por la movilidad y el descaro de Osasuna. Reaccionó Schuster con la entrada de El Hamdaoui y Pawlowski. El Málaga metió la directa en busca del empate, simplificando trámites, sin gestionar el fútbol por el centro del campo. Balones continuos a El Hamdaoui, sin intermediarios, intentando el centro desde las bandas con las entradas de Gámez y Antunes. Osasuna sintió miedo cuando antes exhibió fortaleza, se cargó de amarillas y fue sometido al acoso del Málaga, con una marcha más. El Hamdaoui, activo y voraz, gozó de la mejor ocasión de los andaluces, desbaratada por Andrés en su acción más determinante. Apretó el Málaga hasta el final, con fe, pero sin acierto, ante un Osasuna amontonado en su área, desplomado en lo físico y sin capacidad para tener el balón. Con más apuros de los previstos tras el brillante ejercicio de la primera mitad, los de Javi Gracia resistieron el asedio para hacerse con tres puntos que alivian mucho su delicada situación.