Isco y el equilibrio
Carlo Ancelotti busca conciliar la tendencia atacante del medio con sus obligaciones defensivas
Carlo Ancelotti suele decir en sus charlas con el cuerpo técnico que un buen jugador de Primera fuera de su posición específica puede convertirse en un jugador de Segunda. Pero desde que llegó a España las convicciones del entrenador del Madrid han tenido que amalgamarse a los planes institucionales. Sin mánager desde la salida de Mourinho, la estrategia deportiva la dicta el presidente Florentino Pérez asesorado por una tribuna de consejeros. Tres de los mensajes más insistentes del presidente al técnico han sido que el Madrid debe jugar de forma atractiva, que entre todos los nuevos fichajes es Isco quien debería gozar de más oportunidades de establecerse, y que es importante mantener a Özil porque la afición lo aprecia mucho.
Isco y Özil fueron titulares en la mayoría de los partidos de la pretemporada. Ancelotti se esforzó por acomodar tres medias puntas en su sistema de 4-4-2. Pero desde el amistoso con el Olympique de Lyon comenzó a detectar profundas debilidades defensivas. Su cultura táctica italiana le llevó a alarmarse. Tuvo dudas respecto a la adaptación de Isco y Özil a un módulo que requiere que los medias puntas cierren las bandas en fase defensiva. Esta tarea les impone recorrer muchos metros hacia atrás. Isco, por su constitución física, podría no estar preparado para este ejercicio, y a Özil, habituado a jugar en el medio, le desagrada.
El equipo ataca con fluidez pero, con la fatiga, se vuelve muy vulnerable en defensa
Los dos partidos de Liga que ha disputado el Madrid, contra el Betis y el Granada, reforzaron las dudas del entrenador. Por momentos el equipo ataca con una fluidez desconocida en años precedentes, pero le cuesta mantener el ritmo y, cuando aparece la fatiga, se vuelve muy vulnerable en defensa. Atento a la sensibilidad de Özil, en Granada Ancelotti le situó por detrás de los delanteros y tiró a Di María a la banda. Los resultados no fueron alentadores. Özil recuperó un balón contra el Granada, por cuatro contra el Betis, y su participación en la distribución no mejoró (35 pases buenos en ambos partidos de Liga). Sea porque no le gustan sus obligaciones tácticas, sea porque considera que el club le debe un aumento de sueldo (de cinco a siete millones de euros netos), lo cierto es que acabó el partido fastidiado. Ancelotti lo sustituyó y se marchó a la ducha y al autobús sin esperar a sus compañeros. Özil intuye que el fichaje de Bale le sacará de la alineación y cree que su trabajo no será recompensado.
Ancelotti procuró restar trascendencia al malhumor de Özil: “Él hace un trabajo defensivo por la derecha y después, con el balón, debe jugar en el centro del campo porque este es el trabajo que necesita el equipo. Él se siente bien haciéndolo y no tiene ningún problema”.
Tras el primer encuentro de Liga, contra el Betis, en donde Isco se destacó en ataque pero flaqueó en defensa, Ancelotti expuso su visión: “Tuvimos un problema de equilibrio. No defendimos bien con las dos líneas de defensa y centro del campo y permitimos que hubiera muchos espacios. Estoy seguro de que con el tiempo Isco y Özil aprenderán a defender y a darnos más equilibrio, porque si queremos jugar un fútbol de calidad necesitamos jugadores de calidad que trabajen defensivamente. Creo que ellos son jugadores generosos, sobre todo Isco, que contra el Betis dio una asistencia y metió un gol. Está claro que la llave de esta temporada es esto: el equilibrio que tenemos que buscar con jugadores de calidad”.
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