Una prueba fetiche en horas bajas
Solo un hombre y una mujer correrán por España el 1.500 en la gran cita mundialista
Si hay una prueba que hace soñar al atletismo español, que hace sonreír con solo pensar en éxitos pasados, es el 1.500. La distancia de Cacho, de Abascal, de José Luis González, y, más recientemente, de Reyes Estévez, de Higuero, de Natalia Rodríguez y de Casado, es la prueba que más medallistas y finalistas, e historia, ha dado a España. Faltan 12 días para los Mundiales de Moscú y ya se sabe que solo un hombre (David Bustos) y una mujer (Natalia Rodríguez, recuperada para la causa) tomarán la salida porque ninguno ha logrado la mínima A, y toca explicar por qué. Para los responsables del medio fondo español, con Jorge González Amo a la cabeza, las lesiones explican en buena medida la situación. Pero no toda. También hay en marcha un cambio generacional que no acaba de concretarse entre los hombres y menos competencia entre las chicas.
El que más se ha acercado a la mínima A (3m 35,00s) es David Bustos, quien corrió en Bruselas en 3m 35,69s y que anoche se ganó la plaza para Moscú al derrotar (3m 47,11s) en la última recta a Arturo Casado. “Decidí jugármela aquí, aunque no me siento a gusto corriendo en Madrid. Me siento raro, no sé por qué”, dijo el mallorquín, quien debió abrirse paso a empujones antes de la última curva para poder seguir el cambio de Casado y Mechaal. “Confiaba en mi final, pero me puse nervioso”. Bustos nació en 1990 y forma parte de una nueva generación que debería ocupar el lugar de los Olmedo y compañía, pero que aún está lejos de la madurez. “Hay una generación en la que no han salido atletas así que hay un hueco”, reconoce el mallorquín.
Terminada la carrera, Casado, gran deportista, abrazó y hasta besó y animó a Bustos, una imagen (el segundo dándole fuerza al primero) que ya se vivió el sábado entre Natalia Rodríguez e Isabel Macías. Antes de empezar la final ambas sabían que la que ganara sería la única en el 1.500 de Moscú. La aragonesa, subcampeona europea en pista cubierta, perdió por un metro su oportunidad y cerró emocionada, por lo perdido y por su amiga, la mejor temporada de su vida.
El futuro no es el 1.500 ni el fondo, donde los africanos lo copan todo”, dice González Amo
Natalia, de 34 años, y Macías, a punto de cumplir 29, eran las únicas con posibilidades en esa carrera, lo que dice mucho del nivel de la prueba, estancada en los últimos años y de la que ha desaparecido Nuria Fernández. “No ha habido relevo, salvo Isabel, el resto no ha llegado aunque hay un grupo de promesas muy buenas”, dice Amo. Así que, a la espera de que den el gran salto atletas como Solange Pereira, en la que el técnico tiene depositadas grandes esperanzas y que se cayó el sábado, solo Natalia Rodríguez estará en Moscú.
A la catalana, con nuevo look, coleta alta rubia platino y tan fina como siempre, le sobra experiencia. Para bien, como el bronce que hizo desaparecer tantos demonios en Daegu 2011, y para mal: fue descalificada tras entrar la primera en Berlín 2009. Y está recuperada de la lesión que le hizo retirarse entre lágrimas antes de la final de los Europeos bajo techo que encumbraron a Macías. “Esta temporada ha sido un poco extraña”, reconocía la catalana tras su victoria del sábado; “no estoy acostumbrada a apurar tanto y no he encontrado la chispa hasta el final. Pero las sensaciones son mejores”.
“El atletismo no es redondo. No es una regla de tres que se cumple en cada competición. La historia hay que hacerla cada año y este año es lo que hay”, dice González Amo, a quien la situación no le preocupa. Menos aún en el campo masculino. Según los datos de la federación, España es la segunda potencia mundial del 1.500 en número de finalistas y medallistas desde 1980, solo superada por Kenia.
El atletismo no es redondo. No es una regla de tres que se cumple en cada competición" González Amo
Eso es un dato, como lo es el hecho de que algunas de las estrellas de la distancia ni siquiera están para correr. “Tres de los cinco mejores, Higuero [bronce mundial bajo techo en 2008], Olmedo [bronce europeo en 2010 y oro europeo bajo techo hace dos años] y Álvaro Rodríguez, están lesionados y Arturo Casado [campeón de Europa en 2010] está recuperándose tras un par de años muy tocado y le va a costar volver a su mejor nivel”, añade.
En la federación confían en la recuperación de Olmedo, que sufrió una pubalgia el año pasado y ahora pena de la espalda, y de Rodríguez, que estudia si pasa por el quirófano para resolver su pubalgia, para revitalizar la distancia. Pero también tienen claro que es difícil que el 1.500 repita glorias pasadas. “El futuro no es el 1.500 ni el fondo, donde los africanos lo copan todo”, reflexiona González Amo, un histórico él mismo del 1.500, distancia de la que fue olímpico en México 68. “Nuestro futuro está en los saltos, con gente como Eusebio Cáceres, y en los lanzamientos”.
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