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Nadal y el reto de los cinco sets

Tras su lesión de rodilla, el favorito se enfrenta por primera vez a la larga distancia

Juan José Mateo
Rafael Nadal, durante un entrenamiento en París.
Rafael Nadal, durante un entrenamiento en París. KENZO TRIBOUILLARD (AFP)

“Aún nos falta. Hemos jugado torneos al mejor de tres sets. Para Roland Garros debe ser un poco más fuerte, más constante”, reflexiona Toni Nadal cuando París aún es solo horizonte, cuando el presente es el Masters 1000 de Madrid, cuando aún Rafael Nadal no ha ganado el torneo de la capital y luego el de Roma, con un excelente nivel de juego. “Las opciones de ganar Roland Garros son siempre difíciles. Creo que Rafael está entre los cinco o seis jugadores que tendrán oportunidades”, añade el técnico, que desde el banquillo ve cómo su sobrino sigue jugando con la rodilla izquierda vendada; cómo las molestias van y vienen; y cómo, por primera vez en casi un año (Wimbledon 2012) se enfrenta ahora a la prueba de los cinco sets. Roland Garros comienza hoy (Canal+). Llegan 15 días de batallas sobre la exigente arcilla. Nadal, el heptacampeón, busca un octavo título de récord: si vence, será el primer tenista de la historia capaz de celebrar torneos del Grand Slam durante nueve temporadas consecutivas (entre 2005 y 2013).

Rafa está preparado. Es especialista en afrontar problemas y adaptarse rápidamente Juan Carlos Ferrero

“Hay que partir de la base de que el tenista, la mayor parte de las veces, tiene problemas”, argumenta Juan Carlos Ferrero, uno que ganó en París justo hace ahora 10 años (2003), uno que llegó al número uno del mundo y que en 2002 apretó los dientes hasta la final de Roland Garros penando de problema físico en problema físico. “Hay que saber lidiar con eso”, cuenta el extenista, quien, recién retirado, observa con ojo analítico lo que ocurre en el circuito. “Si no, estás perdido”, añade. “Cuando tienes un torneo del Grand Slam delante, tienes que estar totalmente preparado a nivel mental, saber que puede haber problemas, que cuando juegas uno o dos partidos a cinco sets durante la misma semana es muy difícil estar luego al ciento por ciento físicamente. Hay que prepararse. Mentalizarse. No sorprenderse si ocurre”, razona Ferrero. “Rafa está preparado. Es especialista en afrontar problemas y adaptarse rápidamente. Si tiene ciertos dolores en la rodilla, como viene diciendo él mismo, se ha visto en los últimos torneos que se ha sabido adaptar a la perfección. No creo que Roland Garros vaya a ser la excepción”, cierra el ex número uno sobre la rotura parcial de ligamento rotuliano y la hoffitis que apartaron al mallorquín de las pistas siete meses.

En toda su carrera en París, Nadal solo se ha visto extendido hasta la quinta manga en una ocasión: frente al estadounidense Isner y durante la primera ronda de la edición de 2011, en la que se acabó imponiendo. Hasta los cuatro sets, uno más de los que viene disputando, se asomó diez veces. Los maratones que han puesto a prueba su musculatura han sido frecuentes: 3h24m en su primera final (2005), 4h53m contra Mathieu en 2006, 3h30m en su derrota ante Soderling (2009), 3h40m para levantar el título en 2011, cuando ya empleó 4h1m para tumbar a Isner, y 3h49m en el partido decisivo del curso pasado, ante Djokovic. En 2013, no solo el reloj exigirá a la armadura del campeón, que por eso ha perseverado en su plan de acortar los peloteos con agresividad: sus articulaciones son el puntal sobre el que se apoya su regreso triunfal a las pistas, que le ha convertido en el tenista con más partidos jugados de lo que va de curso de los cuatro mejores (38).

El mallorquín busca ser el primer tenista en ganar grandes durante nueve cursos seguidos

“Competir en Roland Garros siempre me provoca una sensación especial, volver aquí es algo muy emotivo”, explica en París el mallorquín, que llega lanzado por sus seis títulos y dos finales en ocho torneos de 2013, cifras asombrosas que le han convertido en el número uno del año pese a que no pudo disputar el Abierto de Australia por lesión. “Lo que me hace feliz ahora mismo es estar sano y ser capaz de competir cada semana, en todos los sitios”.

Hace frío en París. Nadal se entrena envuelto en una sudadera. Es la última huella de Bjorn Borg, el hombre de hielo, que ganó seis títulos en el templo de la tierra. Ahora, en Roland Garros, el jefe es otro: manda Nadal, el heptacampeón, un titán que busca un octavo trofeo de récord. 

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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