Huida a la carrera en Grecia

El encuentro entre el AEK y el Panthratikos, correspondiente a la 29ª jornada de la Liga griega, acabó entre carreras desesperadas: con los dos equipos inmersos de lleno en la lucha contra el descenso, cientos de ultras del equipo de Atenas invadieron el campo y obligaron a huir a los futbolistas de los dos conjuntos y el árbitro. El equipo local acababa de conceder un gol en propia puerta en el minuto 87. Tras una espera de hora y media, y mientras la policía intervenía con gases lacrimógenos y cargas organizadas para intentar despejar el césped, el encuentro fue suspendido.

"Estamos atravesando un periodo difícil", admitió Traianos Dellas, exjugador del equipo que acaba de ser nombrado como entrenador del AEK. "Me gustaría decir muchas cosas, pero no querría poner las cosas peor. Sé cómo se sienten los verdaderos y reales seguidores del AEK. Los otros [en referencia a los ultras que tomaron el campo] ni siquiera nos han dejado intentar salvarnos", continuó. "Todo lo que tengo que decirle a los fans es que mantengan la calma y el orgullo que sienten por su club. De una forma u otra, el equipo volverá a lo más alto de nuevo".

El AEK, que nunca ha dejado de jugar en la máxima división griega, llegó al encuentro necesitando la victoria desesperadamente para mantener sus opciones de permanencia. Un gol en propia puerta del defensa Bougaidis desató la invasión. La temporada pasada, por incidentes similares en el clásico contra el Olympiacos, el Panathinaikos perdió cinco puntos y tuvo que jugar tres partidos a puerta cerrada.

Sin embargo, no fue el único episodio violento de la jornada. Los ultras del Olympiacos, ya coronado campeón, y el Panathinaikos obligaron a intervenir a la policía al enfrentarse a pedradas una hora y media antes del encuentro entre los dos rivales. El Panathinaikos, que arrancó el duelo a 37 puntos del Olympiacos, sumó un empate (1-1).