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golf | masters de augusta

Olazábal sí se retiró

El vasco se marchó por iniciativa propia del Open de Tenerife de 1990 tras saltarse, sin saberlo, una norma

J. MORENILLA
Olazabal, en la tercera jornada del Masters.
Olazabal, en la tercera jornada del Masters.DON EMMERT (AFP)

El golf siempre ha defendido ser poseedor de unos valores únicos en el deporte. Caballerosidad, respeto al contrario, juego limpio, honor… La presencia de Tiger ayer en el campo fue vista por algunos sectores como una contradicción con estos principios. Pero, ¿quién se retiraría por iniciativa propia, cuando lucha por ganar un título, al considerar que ha incumplido una norma? José María Olazábal lo hizo.

Fue en el Open de Tenerife de 1990, en el campo de Amarilla. Olazábal era la estrella del torneo, y segundo en la clasificación tras la segunda vuelta, a un golpe de José María Cañizares. Pero entonces le llegó a los oídos las acusaciones de trampa de un jugador andaluz. Extrañado, el vasco quiso saber por qué. Y descubrió que, en efecto, había cometido una ilegalidad, aunque sin darse cuenta. En el hoyo 13, un par cuatro, Olazábal había tocado la hierba, realizando varias veces el swing y caminando por donde no debía, en una zona que estaba señalizada en rojo como obstáculo (hazard). Sucedía que el césped había sido segado y el color de la marca había quedado difuminado.

Estoy convencido de que Tiger está en las normas y que él no ha querido hacer trampas José María Olazábal

Esa misma tarde, Olazábal le dijo al director del torneo, Mike Stewart, que si así era, él se retiraba. Este, molesto por tener que renunciar al protagonista, le comentó que ya estudiarían el caso al día siguiente. Pero el sentido de la responsabilidad y la coherencia consigo mismo de Olazábal pesaron más que la lucha por el liderato en Tenerife. A las 20.30, acudió al lugar de los hechos con el director en un buggy y comprobó bajo la luz de las linternas que ahí estaba la tenue marca que no había visto a la luz del día, ni él ni su caddie ni su marcador. Y el español, caballerosamente, como manda el golf, se retiró inmediatamente. Esa segunda vuelta ya no existe oficialmente en la clasificación del torneo.

"Estoy convencido de que Tiger está en las normas y que él no ha querido hacer trampas, no ha escondido lo que hizo. Si los árbitros le dejan jugar, es porque es legal, aunque sí me ha sorprendido todo lo que ha pasado", comentó Olazábal sobre el caso de Tiger, después de acabar "cabreado" la ronda con un doble bogey en el 18 y una tarjeta de 74 golpes.

Olazábal es reconocido hoy como uno de los grandes símbolos de los valores del golf. Capitán europeo en la pasada Copa Ryder, ha sido propuesto por la federación española para recibir el Premio Príncipe de Asturias en 2013.

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Sobre la firma

J. MORENILLA
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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