Nadal se quita los patines

Casi un año después, y tras pasarse siete meses lesionado, Rafael Nadal compitió su primer partido sobre cemento: 7-6 y 6-2 al estadounidense Harrison en el masters 1.000 de Indian Wells. La victoria, conquistada en un partido loco —Nadal tuvo punto de 5-1 y saque en la primera manga; cedió luego su servicio y tuvo que afrontar una bola de breakque dejaba a Harrison sacando por la manga—, tuvo una consecuencia más que la de citar al campeón de 11 grandes con el argentino Mayer en tercera ronda. Fotografió a un Nadal dispuesto a tirar antes para ahorrarle esfuerzos a su rodilla izquierda, vendada; a un Nadal que por ahora juega sin los patines que le llevaban de lado a lado en la pista y le permitían ejecutar dolorosos resbalones para recuperar pelotas imposibles.

“Mis movimientos tienen que mejorar, como mi capacidad física”, admitió el número cinco, al que no se vio protagonizar recuperaciones prodigiosas, sino tirar y tirar en busca de ganadores con los que preservar las articulaciones de la erosión del cemento. “Tras siete meses, no voy a tomar riesgos alocados”, avisó.

Durante los tres torneos que jugó sobre arcilla en Sudamérica, los primeros tras siete meses lesionado con una rotura parcial del ligamento rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda, el mallorquín dejó pasar de largo pelotas que antes habría perseguido. En Indian Wells ha seguido ese camino. Por ahora, el nuevo Nadal busca alcanzar los éxitos del viejo por un camino alternativo. Como dijo Francis Roig, su segundo entrenador, antes de que pisara las pistas: “Está intentando interpretar cómo moverse, ser más dinámico, más elástico, deslizarse para evitar ese tirón brusco suyo en el que confía en meterla solo con el brazo”.