“¡Fuerza, que hay que ganar!”

Amainó el temporal, se despejó Guadarrama, la tarde se entibió, y después de comer a marchas forzadas la multitud se amontonó en el Bernabéu para ver un clásico insólito. A sol y sombra. Con Álvaro Morata ocupando la posición de extremo izquierda y Cristiano sentado en el banquillo. Mourinho quiso que el goleador del Madrid reservara fuerzas para el partido decisivo del próximo martes en Old Trafford y en su lugar alineó al canterano por segunda vez como titular esta temporada. El efecto fue igual de sorprendente pero esta vez condicionó el partido por completo.

“En el Castilla yo quería jugar de delantero centro y Toril muchas veces me ponía en la banda”, recordó Morata, tras el partido. “Ahora tengo que agradecer al míster del Castilla la confianza que me dio siempre y que me pusiera ahí porque creía que lo podía hacer bien. Ahora puedo jugar arriba o en casi todas las posiciones”.

El efecto fue igual de sorprendente pero esta vez condicionó el partido por completo

Frente al Rayo, en su primera titularidad este año en el campeonato local, Morata abrió el marcador en el minuto cinco metiendo un centro de Kaká. Aquel gol prefiguró el aluvión sobre el Rayo. Ante el Barcelona, Morata participó de la primera acción relevante. Ramos le robó un balón a Messi y lanzó el contragolpe. Morata desbordó a Alves por afuera y metió el centro casi desde la línea de fondo. Difícil de defender para los centrales. Complicado para Mascherano, que se dejó sorprender por Benzema en el segundo palo. El 1-0, tan temprano, fue una señal terrible para el Barça, otra vez condenado a remar contra la corriente desde los primeros instantes de un partido importante. Una losa que, contra pronóstico, se quitaron de encima muy pronto gracias al arrebato conservador del Madrid, que retrasó la defensa a su campo. El intento del Madrid de buscar el contragolpe benefició a los visitantes. El Barça pedía una tregua. Se la concedieron en forma de tiempo y espacios para tocar con tranquilidad.

 En el intervalo Mourinho debió pedir a sus jugadores que apretaran más arriba. El añadido de Cristiano contribuyó al plan y la marea volvió a tapar al Barça y a liberar a Morata. “Cristiano me dijo que estuviera un poco abierto a banda y que él se iba a quedar en el medio”, contó el atacante. “¡Y fuerza que había que ganar este partido!”.

Morata lamentó las dos ocasiones perdidas: “Tuve dos oportunidades de marcar. La primera de cabeza, y he dudado esperando a ver si me la ponían bien, y la segunda, en un mano a mano con Valdés, pero el césped estaba un poco mojado y el portero me la ha sacado bien. Ahora lo pienso y podría haberla picado. Podría haberme ido hacia un lado. No es fácil, máxime siendo mi primer partido contra el Barcelona. Si hubiera metido un gol estaría más feliz. ¡Para qué voy a mentir!”.

El canterano disputó su primer partido de 90 minutos con el Madrid. Que lo hiciera con victoria en un clásico le da brillo a su currículo y avala las expectativas que genera la cantera. “Estoy muy contento con la victoria y muy contento por haber jugado contra este Barça”, dijo el jugador. “El equipo llegará a Old Trafford con mucha confianza. Ganarle dos partidos seguidos al Barcelona te da mucha moral. El martes tenemos una batalla y tenemos que sacarla como sea”.