El Levante seduce a su hinchada

“¡Levante, Levante, Levante!”. Una vez más, el Levante sedujo a su hinchada, entregada a un equipo del que puede estar muy orgullosa. Siempre va al límite. Esta vez para remontar la primera parte del Hannover (0-2), subyugado el conjunto de JIM por el contundente físico de los germanos. Pero reaccionó tras el descanso. Fue imponiendo, poco a poco, la agilidad de sus pequeños jugadores. Y terminó con un ataque furibundo en el tiempo de descuento, cuando subió a rematar un córner hasta el portero Keylor Navas, aun sabiendo que ya no podían ser primeros de grupo. Poco importó. Cabeceó poderosísimo Iborra y el empate supo a oro, a los 100.000 euros por punto tan bien aprovechados por la entidad granota. Al amor propio recompensado. Al segundo puesto del grupo y el pase de fase en su estreno europeo.

El gol de Stindl fue producto de un rechace desafortunado de Rodas, pero el mérito estuvo antes en el precioso pase cruzado del volante germano-portugués Da Silva Pinto. Rugió la hinchada del Hannover, unos 1.300 aficionados. Crecido Stindl, resquebrajó de un toque en profundidad la línea defensiva granota, confiando esta en un fuera de juego de Ya Konan que no era. El delantero costamarfileño elevó de cuchara la pelota a gol.

El ataque del Levante fue un monólogo de Míchel, poco acompañado por Ángel ante la robustez de la zaga germana. Como en los viejos tiempos, la superioridad física alemana resultó evidente. Mirko Slomka, además, disfruta de mediocampista de entidad (Silva da Pinto, sobre todo) y dos puntas muy poderosas (Diouf y Ya Konan). Entre ellos le pillaron dos contras a la defensa levantinista.

El cuadro de JIM se marchó al descanso sin haber podido ni siquiera abrir la boca. Excluido Martins de la competición por no haberse inscrito a tiempo, JIM empezó el torneo con Gekas, pero el griego abandonó el club. La siguiente opción ha sido Ángel, quien, procedente del Elche, todavía está cogiéndole el aire a la categoría. A pequeñas bocanadas, remató con la zurda un balón muerto en el área al comienzo de la segunda parte. El gol abría el panorama para el Levante, a la habilidad de sus bajitos en la delantera. El Levante había mejorado tanto que sus jugadores, al ver dos recambios esperando a entrar (Juanlu y Barkero), se resistían a que saliera el balón. El partido se calentó. Los seguidores del Hannover aprendieron dos palabras: “Puta Levante”, corearon. Y Barkero respondió con fútbol. Su magistral envío a Míchel encendió el estadio. Sufrió la cintura de la zaga alemana, pero los atacantes de JIM fallaron. Hasta que el colosal Iborra se comió en el salto a los gigantes alemanes.