Un podio de lo más rentable

Ya en enero, Felipe Massa (São Paulo, Brasil; 1981) tenía dudas considerables acerca de si la temporada que debía comenzar en marzo iba a ser la última para él como miembro de Ferrari, debido al contraste entre sus resultados y los de Fernando Alonso, su compañero. El español fichó por la marca de Maranello en 2010 y ya en su primer año peleó por el título hasta la última parada del calendario, a la vez que Massa las pasaba canutas e incluso tenía que soportar el bochorno de dejarse adelantar deliberadamente por el asturiano, que se estaba jugando el Mundial, en Alemania. Durante aquel curso, el brasileño obtuvo su mejor resultado en Corea (terminó el tercero), donde pudo brindar con champán, en una ceremonia de la que no volvió a formar parte hasta el pasado domingo, en Japón, donde fue el segundo. Han tenido que pasar dos años y 35 grandes premios antes de que Massa volviera a subirse al podio, aunque este último será, seguramente, el más rentable de su vida.

“¿Crees que el podio te ayudará a renovar?”, le preguntaron. “Eso espero”, respondió

Antes de colocar al lado de Alonso a cualquiera que pueda amenazar el protagonismo del asturiano, Ferrari ha preferido concederle al paulista todo el tiempo del mundo, a la espera de que este llevara a cabo alguna hazaña suficientemente destacable como para justificar su renovación. Después de su buena carrera en Suzuka, donde arrancó el décimo y recuperó ocho posiciones, todo parece dispuesto para que los gerifaltes de los bólidos de il cavallino rampante anuncien la prolongación de su contrato, aunque tratándose del constructor más laureado de la F-1 todo puede pasar. “La actuación de Felipe fue fenomenal después de aprovechar el incidente que se produjo en la primera curva –y en el que Alonso se vio obligado a abandonar–. Este es un resultado importante para él. Se lo merece”, le piropeó Stefano Domenicali, director de la Scuderia, aún en Japón. “¿Crees que este podio ayudará en tu renovación?”, le preguntaron al subcampeón de 2008. “Eso espero”, respondió él con una media sonrisa.

El rendimiento de Massa en los últimos tres años ha sido muy inferior al esperado, pero también hay que atender a que se ha enfrentado a la peor etapa de su vida profesional, al menos desde que debutó en la F-1, hace una década al volante de un Sauber. En 2009, sufrió aquel espeluznante accidente en Hungría, en el que casi pierde un ojo y que le obligó a perderse la mitad de la temporada. Cuando pudo volver a correr, a su lado ya no estaba Kimi Raikkonen, sino que en su lugar había llegado Alonso, un depredador que, con excepción de Lewis Hamilton, ha destrozado anímicamente a todos sus vecinos de taller.

A excepción de Lewis Hamilton, Alonso ha destrozado a todos sus compañeros de taller

La relación entre ambos es buena, aunque a eso contribuye de forma decisiva el hecho de que Massa nunca haya sido una amenaza para el ovetense, que, por si acaso, aprovecha cualquier ocasión que se le presenta para comparar y cruzar los números de uno y de otro. En Suzuka lo volvió a hacer el sábado, tras la cronometrada, en la que él terminó con el séptimo mejor tiempo mientras que el suramericano se quedó fuera de la criba definitiva (Q3). “La vuelta es buena porque le ponemos lo que hay que poner, pero Felipe solo ha conseguido meterse en la Q3 en cinco ocasiones”, soltó el buque insignia de la estructura italiana.

Con el recuerdo de la explosiva temporada que compartieron Alonso y Hamilton en 2007, Domenicali no se querrá exponer a vivir un campeonato como el que soportó entonces Ron Dennis, patrón de McLaren. A favor de la continuidad de Massa, por lo demás, otro elemento a tener en cuenta es su agente: Nicolas Todt, hijo de Jean, ex director de la división de F-1 de Ferrari y actual presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), con quien no conviene tener problemas.