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El corazón antes que el tenis

Fish, operado por sus arritmias en 2012, cita “razones de salud” para abandonar antes de jugar los octavos contra Federer, ya en cuartos ● Almagro cae 6-7, 4-6 y 1-6 ante Berdych

Juan José Mateo
Mardy Fish saluda al francés Gilles Simon tras el partido.
Mardy Fish saluda al francés Gilles Simon tras el partido.John G. Mabanglo (EFE)

Tras su partido de tercera ronda, el estadounidense Mardy Fish siente que el corazón se le desboca, “palpitaciones”, dice, y no se presenta para dar la rueda de prensa. Unas horas después, decide no competir su partido de octavos de final “por razones de salud”, lo que deja al suizo Roger Federer, su contrario, en cuartos. El número 25 actúa con extrema prudencia ante esos latidos que no reconoce como propios y toma la drástica decisión mientras Nicolás Almagro se inclina 6-7, 4-6 y 1-6 ante el checo Tomas Berdych ,también en octavos. Nadie reacciona con sorpresa. Los organizadores piden prudencia. Hace menos de cinco meses, Fish se sometió a una ablación por catéter en el corazón con el objetivo de reconducir el ritmo cardiaco.

Sentía que se me salía el corazón del pecho"

“Fue para asustarse”, le contó entonces al US Today, porque había sufrido arritmias, lo que le obligó a dejar de jugar entre principios de abril y finales de junio, abandonando en consecuencia su puesto en el top-10. “Sentía que se me salía el corazón del pecho”, añadió; “durante el día estaba bien, pero cada vez que me iba a la cama pensaba: ¿qué pasará esta noche? ¿Será otra noche de esas? Era duro dormir”.

A los 30 años, Fish fue un tenista de explosión tardía. Hasta hace tres temporadas, se distinguió por un talento tan grande como su sobrepeso. Cuando descubrió los beneficios de una alimentación saludable (adiós a sus queridas hamburguesas, pizzas, helados…), bajó peso y subió en la estima de sus compañeros: rápidamente se colocó entre los 10 mejores del planeta. Fish insistió entonces en los beneficios de su estricto programa de trabajo, que sorprendió hasta a quienes mejor le conocían, como el español José Higueras, director de la cantera estadounidense, que siempre vio en él a un talento poco aprovechado. En el momento cumbre de su carrera, el corazón le roba a Fish sus últimas grandes oportunidades: Roland Garros, los Juegos Olímpicos y un partido contra el gran Federer, que ahora jugará con Berdych, en la central del último grande del curso.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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