El club de las 100 medallas
Los miembros del Leander Club de remo, londinense, superan desde ayer el centenar de podios olímpicos
El club de las 100 medallas solo tiene un socio, y acaba de ingresar: el ocho británico se colgó el bronce en la regata disputada ayer al mediodía en Eton Dorney, y con las cinco preseas logradas (Phelan Hill, Richard Egington, Constantine Louloudis, Matthew Langridge y Alex Partridge), los miembros del Leander Club ya se han colgado 104. Una cuenta que creció este mediodía gracias a la plata del cuatro sin timonel masculino británico, a la que contribuyeron Richard Chambers y Rob Williams, integrantes también del club con más éxitos olímpicos del mundo.
Las normas del club requieren “compañerismo y un alto nivel en el arte del remo”
El Leander tiene sede en Henley on Thames, una pequeña localidad unos 60 kilómetros al oeste de Londres y esa sede está, por supuesto, a orillas del Támesis, que presta sus aguas al entrenamiento de más de un centenar de clubes de remo, salpicados cada poco a lo largo de sus poco más de 300 kilómetros. Fundado en 1818, alcanzó pronto el reconocimiento en un deporte especialmente inglés y asentado sobre la tradición de los clubes sociales, tanto o más lugares de reunión que asociaciones deportivas. Así sigue siendo hoy, de modo que entre los objetivos del Leander está “ofrecer un lugar de encuentro para los más distinguidos remeros”, según sus propios estatutos, y el club sigue rodeado de la parafernalia y el adusto y algo oxidado encanto de los viejos clubes ingleses. Eso sí, algo ha cambiado: desde 1998 las mujeres pueden ingresar. Leander es un club de remo y algo más: el programa deportivo tiene un coste de 400.000 libras (506.000 euros, aproximadamente), según aclaran por correo electrónico desde el club. De esa cantidad, 250.000 libras provienen de las suscripciones de los remeros, y 150.000 de actividades sociales (restaurante, hotel, conferencias y celebraciones) y de los donantes, a los que se divide en categoría oro, plata, bronce, benefactor y otros donantes, según, obviamente, el dinero que pongan: 20.000 libras, 10.000, 4.000, 400 y menos de 400.
El club se asentó a lo largo del siglo XIX, cuando empezó a reclutar a los mejores remeros de las universidades de Oxford y de Cambridge. El remo se convirtió en deporte olímpico a la segunda oportunidad (en París 1900), y en Londres 1908 el club se colgó las ocho primeras medallas, en el ocho, como las cinco de ayer, liderado entonces por Charles Burnell. Su hijo Dickie lograría también el oro, también en Londres, en 1948. En Pekín 2008 sumó 13 (tres de oro, siete de plata y tres de bronce) y ayer, con las últimas cinco, Leander completó su particular círculo.
Por sus instalaciones han pasado muchos ilustres cuyo nombre brilla con letras de oro en la historia del olimpismo. Sir Steve Redgrave, el último relevista antes de que la llama pasara a los siete jóvenes atletas que encendieron el pebetero, ganó cinco oros consecutivos entre Los Ángeles 1984 y Sidney 2000. Fue, durante 16 años, miembro del Leander Club, como lo fue Matthew Pinsent, relevista durante la misma jornada y ganador de cuatro oros olímpicos (tres de ellos junto a Redgrave en el dos sin timonel). Más sorprendente es la presencia en esa lista de Hugh Laurie, porque al protagonista de House se le conoce por ser actor y por su vocación musical, pero no tanto por ser remero.
Sir Steve Redgrave, Matthew Pinsent y Hugh Laurie son miembros del Leander Club
El precio por ser miembro del club es de 250 libras (317 euros al cambio, aproximadamente) de cuota anual, la misma cifra como cuota de ingreso (de la que se exime a aquellos por debajo de los 30 años) y 5,60 libras del impuesto británico al remo (7,10 euros). El club asegura que no recluta por invitación, aunque el rumor acerca del elitismo del que supuestamente hace gala le persigue. Las normas del club requieren “compañerismo y un alto nivel en el arte del remo” para ser miembro de pleno derecho. Así que seleccionan “entre 12 y 15 remeros” y de 50 a 60 nuevos miembros anualmente basándose, únicamente, en “el mérito”. Y el mérito acreditado debe ser alto: haber representado a Gran Bretaña en una regata del campeonato mundial (ya sea en categoría absoluta, sub-23 o junior), presentar un historial especialmente distinguido dentro del remo universitario (y, para esto, ser remero en Oxford o en Cambridge es condición casi inexcusable) o haber alcanzado las finales de la Royal Henley (“excepcionalmente, semifinales”, aclara el club). “Solo aceptamos atletas con potencial para tener éxito al nivel más alto”. Reciben el mejor entrenamiento, los mejores botes, un plan de alimentación específico e, incluso, unos consejos para que aprendan a lidiar con la prensa. Así se explica que de los 48 remeros británicos, 24 remen para el Leander Club.
Pero de su historia, hay algo que no está documentado. ¿Por qué su mascota y símbolo es un hipopótamo rosa? “¡No lo sabemos!”, responden, “¡eso se perdió en la historia! Pero el hipopótamo es en África el rey del río, como Leander, y es un animal que está tanto en tierra como en el agua, como nuestros atletas”. La explicación para algo tan extravagante puede no estar clara, pero hay algo que sí quedará en los registros: las cinco medallas de ayer sellaron su ingreso en el club de las cien, un club que no hace distinciones entre hombres y mujeres porque de momento solo tiene un miembro, el Leander Club.
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