Adiós en 18 minutos

En la plaza de toros, allí donde se han firmado algunos de los episodios más especiales de la historia de Roland Garros, Feliciano López y sus dolores. Es el toledano contra la presión de tener que jugarse la última plaza del equipo español en los Juegos de Londres en un solo torneo. Es el número 17 echándole un pulso a su amigo Fernando Verdasco, el número 16, con Rafael Nadal, David Ferrer y Nicolás Almagro ya clasificados. Es, antes que nada, Feliciano contra el local Serra, proveniente de la clasificación, afinado y rodado por los partidos de la previa. López, con una rotura de fibras, aguanta 18 minutos sobre la pista. Con 5-0, se retira. Apenas despunta la jornada en París, aún corre una suave brisa en la pista, y Feliciano ya está en el vestuario, derrotado a la primera. Si Verdasco gana en segunda ronda al luxemburgués Muller, un kamikaze que es de todo menos un especialista en arcilla, estará en los Juegos de Londres 2012.

“El jueves, en un entrenamiento, me estiré a dar un globo y noté un pequeño tirón”, explicó Feliciano con la cara marcada por el sol. “Me hice una ecografía y se vio una elongación. Al día siguiente me hice una resonancia y se vio una rotura de fibras en la inserción del oblicuo en las costillas”, continuó. “Intenté descansar para recuperarme, pero ya me dijo el doctor que era imposible. Esperé un milagro… pero los milagros no existen”.

Durante los últimos días, el doctor Cotorro, médico de la Federación, pasó varias veces consulta con el tenista y Alberto Berasategui. Los Juegos obligaban a intentar lo imposible. En París, sin embargo, murió un sueño. “Durante el fin de semana ya me hice a la idea”, dijo Feliciano, que tendrá que estar una semana en reposo y luego intentará llegar a tiempo de jugar el Queen’s y Wimbledon, donde defiende los cuartos de final de 2011. “Me da pena no estar en los Juegos, porque después de Rafa soy el mejor español en hierba, pero tampoco se acaba la vida en esto y los que van se lo merecen”.