Dos colosos entre la miseria
Los dos conjuntos griegos -Olympiacos y Panathinaikos- se mantienen en la élite aunque han moderado el gasto
El baloncesto griego tiende a ser visto como la paradoja en un país desolado por su grave crisis económica. El deporte funciona bajo parámetros particulares, y más aún la Liga griega, en la que solo el Panathinakos y el Olympiacos son capaces de hacer frente a presupuestos competitivos en Europa. Ninguno de los otros 11 clubes de la Liga griega alcanza el millón de euros. El Peristeri, por ejemplo, subsiste con un presupuesto de 350.000 euros, y los jugadores del Aris de Salónica han iniciado un proceso para obligar a los propietarios a pagar lo que les adeudan. La situación es insostenible.
En medio de este panorama, dos colosos, a pesar de que han tenido que reducir de forma apreciable sus gastos. El Panathinaikos ha pasado de los 30 millones que gastaba hace dos temporadas a 19; el Olympiacos, de los 20 de la pasada temporada a 10. El equipo de El Pireo tuvo que desprenderse de jugadores con fichas alta como Papaloukas y Bourousis. Pero todavía mantiene a Vassilis Spanoulis, su base y principal figura, que cobra más de dos millones. En enero, fichó a dos estadounidenses cuyo rendimiento le ha permitido dar un importante salto de calidad: Acie Law, un base-escolta con experiencia en la NBA, procedente del Partizán, y Joey Dorsey, ala-pívot, tras una corta etapa en el Caja Laboral.
La estrella emergente del equipo de El Pireo es Kostas Papanikolaou, un alero de 21 años. “Desde el principio oímos que este equipo no iba a ser capaz de hacer demasiado en esta Euroliga. Los ojeadores nos subestimaron. Nosotros creímos en nuestras posibilidades”, afirma uno de los líderes de la generación que ganó el Europeo sub 20 en 2009. “Esta nueva hornada de jugadores griegos tienen mucho carácter. Tienen protagonismo con un punto de confianza, un poco inconsciente, en el sentido de que muchas decisiones, y son correctas, las toman sin estar en todo momento pendientes de lo que significa sino que realmente sienten que las pueden llevar a cabo. Tienen un equilibrio perfecto entre jóvenes y gente más experta, como Spanoulis, que son capaces de controlar cualquier aspecto”.
Pascual analiza al equipo que sorprendió en los cuartos al eliminar al Montepaschi Siena y que ha cambiado casi por completo respecto al que venció el Barcelona en 2010. “Con la llegada de Dorsey y Law ha adquirido un equilibrio que no tenía. Es el equipo que más ha progresado. Ya eran capaces jugar muy bien, pero cuando entraban en rotaciones profundas y el partido iba avanzado, llegaba un momento que no aguantaban del todo. Es un equipo que funciona muy bien como grupo, con papeles muy bien definidos. Saben bien quién tiene la creación, la anotación desde el tiro, quién tiene la continuación del pick and roll, quién puede postear más. Todos los interiores pueden defender a jugadores exteriores y a la inversa”.
El entrenador del Barcelona alude al ritmo de juego que le gusta imponer el Olympiacos. “No renuncia a correr, especialmente a partir de la recuperación de la pelota. Los pequeños tienen muy buenas manos para penetrar o para robar la pelota; y los grandes, especialmente Hines, para taponar y para robar. De pelota recuperada correrán siempre. Y tienen habilidad para correr y conducir la pelota en eslalon uno contra uno en todo el campo. A partir de aquí, aunque tienen juego de transición, no creo que entre el segundo 6 y el 16 de posesión hagan demasiados tiros. Intentarán tener más control de ritmo de partido, alargar un poco más las jugadas y buscar las canastas hacia el final de las posesiones. Spanoulis nunca tiene demasiada prisa para tomar una decisión, ya sea para él o para pasar. No será un planteamiento demasiado diferente en este sentido al que nos encontramos ante muchos equipos en la Liga Endesa”.
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