Fenati, la nueva joya italiana

El casco blanco, impoluto, sin mancha alguna, casi como su moto, apenas pintada con los colores de la Federación Italiana, la que lo ha aupado al Mundial, la que acompaña, mima y abraza a su joya, la nueva promesa del motociclismo italiano, tan necesitado últimamente de nuevos ídolos sobre dos ruedas. Romano Fenati (Ascoli Piceno, Italia; 16 años) es un desconocido para el gran público, lo que explica que ningún patrocinador potente haya apostado por este jovencito de poca estatura (mide 1,63), risa de niño malo y cejas pobladas. Su irrupción en Moto3, sin embargo, inundará de color su casco y su mono en menos de lo que tarda él en dar un giro al trazado de Jerez; eso es, 1 minuto y 52,8 segundos, vuelta rápida que se apuntó en el penúltimo giro de una carrera en la que ya sacaba 34 segundos a sus perseguidores.

Su talento inunda de sonrisas a los italianos del paddock, que son muchos. No es para menos. Fenati, campeón de Europa de 125cc, descolocó a los expertos con unos excelentes entrenamientos de pretemporada, precisamente en Jerez, el circuito en el que ha celebrado la primera victoria de su corta historia en el Mundial. Poco después, sorprendió con una carrera brillante en Losail, el día de su estreno, donde se subió al segundo escalón del podio. Y este domingo, ha hecho sonar el himno italiano después de mucho tiempo y en un trazado complicado como pocos, seco en su mayor parte, con algunos charcos inesperados y zonas mojadas a causa de la lluvia descargada durante toda la noche. Tan delicado, además de atrevido, debió ser su pilotaje que fue uno de los pocos que se escapó de una caída. Hasta 18 pilotos terminaron por los suelos durante la carrera. Fenati, no.

Por otro lado, uno de los favoritos de la categoría, Maverick Viñales, vencedor en Catar, sí sufrió las inclemencias del tiempo y las condiciones de la pista. Ya se había equivocado el sábado, cuando se empeñó en completar la clasificación con neumáticos rallados porque creía que la pista estaba demasiado mojada. Se clasificó noveno. Y el domingo estaba empezando a remontar posiciones, porque tenía el ritmo para pelear con los de arriba, cuando desapareció del mapa: se salió de la pista y pudo salvar la caída de milagro. Viñales remontó desde la 28ª posición hasta la sexta, toda una hazaña, más en una carrera como la de Jerez, que le permite aguardar como segundo clasificado en la general.

Él, que salía desde la décima posición de la parrilla, era ya quinto al tomar las primeras curvas, cuarto en su primer paso por meta, tercero dos vueltas más tarde y segundo al iniciar el cuarto giro. Y ahí se quedó, por detrás de la otra sorpresa de la jornada, Álex Rins, el chico (también de 16 años) que se había apuntado la pole, otro novato, campeón de España de 125cc y uno de esos talentos amparados por Emilio Alzamora. Su carrera fue igualmente impresionante, empañada básicamente porque no pudo finalmente subir al podio, pues se lo arrebató Sandro Cortese, perro viejo, en la última vuelta.

El tímido Rins había defendido el liderato del pelotón hasta la séptima vuelta, cuando tuvo un susto y terminó rodando unos 30 metros por la grava y el césped de una de las escapatorias del último sector. Salvó la caída con pericia, regresó a la pista, limpió sus neumáticos y dos vueltas más tarde ya era otra vez el primero. Eso sí, con Fenati bien pegado a su colín, dispuesto a adelantarle al mínimo descuido. Y el descuido llegó tras superar la recta de meta. Y esta vez sí cayó, pero corrió, los comisarios de pista le ayudaron a volver a la carrera y así lo hizo. Era tanta la diferencia que los dos primeros sacaban al resto que apenas perdió unas pocas posiciones, pues le alcanzó el segundo grupo integrado por Salom, Masbou y Cortese; pero se reenganchó a ellos. A ocho vueltas volvía a ser segundo. Mientras tanto, Fenati, a golpe de vuelta rápida, cada vez más cómodo sobre su pequeña y discreta FTR con motor Honda, abría una brecha cada vez más grande. El italiano, nuevo líder de Moto3, terminó sacando más de 36 segundos a Luis Salom, con un excelente empuje a final de carrera, como ya demostró también en Catar, donde fue cuarto. El tercero, para la inmensa tristeza de Rins, para quien todo consuelo era poco tras semejante derroche, fue Cortese.