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El Atlético se abre al fútbol

El equipo de Simeone se expresa desde los laterales y destroza a un Getafe anónimo (3-0)

Jordi Quixano

Extendió las alas el Atlético y se abrió al fútbol, al menos a la posesión, al ataque elaborado y al remate persistente. Hasta ahora, definido por un juego poco seductor, más vertical y vertiginoso que de toque, al equipo le faltaba pausa para absorber el cuero y deteriorar a cualquier rival. Ante un Getafe grisáceo y deslustrado, sin embargo, tiró del pie de Diego y de la voracidad de los laterales, ensamblados en campo ajeno, para firmar un partido referencial y conseguir una victoria que le pone a un escalón de la Liga Europa y a dos de la Champions, barata como pocas veces dado el poco tirón del resto de los equipos.

Lejos de la versión tacaña de los últimos tiempos, el Atlético sí que quiso el esférico en esta ocasión, alegre por expresarse con el balón entre los pies, por dar carrete a jugadores como Diego y Arda Turan en el eje. Aunque un tanto perdido por la novedad, porque a los dos mejores intérpretes les sobraba un toque y les faltaba un segundo para filtrar sus asistencias de escuadra y cartabón, el Atlético conjugó por una vez la pelota en terreno contrario. Tiempo para el deleite del Calderón, que necesita resultados pero aplaude el pase y el remate, el triunfo de la autoridad. Coyuntura dada, en cualquier caso, porque el Geta se refugió en su guarida, fiado a un contragolpe que nunca llegó, estéril ante la capacidad de carrera y corrección de la zaga rojiblanca, tan atenta como veloz, tan pulcra como efectiva.

ATLÉTICO, 3 - GETAFE, 0

Atlético: Courtois; Juanfran, Perea, Domínguez, Filipe Luis; Gabi, Mario Suárez; Salvio, Diego (Adrián, m. 66), Arda Turan (Koke, m. 71); y Falcao (Tiago, m. 78). No utilizados: Asenjo; Godín, Assunção, Fran Mérida y Koke.

Getafe: Moyá; Torres, Cata Díaz, Alexis, Mané; Lacen (Casquero, m. 58), Juan Rodríguez; Sarabia (Güiza, m. 64), Diego Castro, Gavilán (Samuel, m. 80); y Miku. No utilizados: Codina; Arizmendi, Masilela y Arroyo.

Goles: 1-0. M. 24. Salvio cabecea un centro de Filipe Luis. 2-0. M. 62. Diego remata por dos veces para batir a Moyá. 3-0. M. 77. Falcao empuja un pase de Juanfran.

Árbitro: Paradas Romero. Mostró la cartulina amarilla a Alexis, Cata Díaz y Koke.

Vicente Calderón. 48.000 espectadores.

Para el Getafe, que en este curso se acomoda en partidos de resultados cortos, el duelo debía decidirse en una contra, en una segunda jugada o en un aguijón a balón parado. No se dio porque su plan se redujo a los sprints de Sarabia y Gavilán, las catapultas del equipo, las aletas que sacaron centros sin receptor porque a Miku se le olvidó la escalera en casa. Duró poco el plan, lo que tardaron Filipe Luis y Juanfran en ponerle masilla a su espalda. Balón para el Atlético y a madurar la jugada, de nuevo reverberada por los laterales, que llegaron a tiempo a la línea de fondo para descomponer definitivamente al rival.

Se lo trabajó el Atlético. Generosos Gabi y Mario Suárez en el despliegue, sobre todo porque su labor en ocasiones asemeja transparente, no dejaron de cerrar huecos y tapar líneas de pase, de correr por dos para que Diego y Arda Turan, en la izquierda pero siempre tirado hacia dentro, pudieran cobrar protagonismo en la zona de tres cuartos. Pero grapado el Getafe en dos líneas de la mano, sin huecos ni concesiones, a los dos artistas se les cerró el camino del pase imposible, la imaginación para destartalar el cerrojo adversario. Hasta que Juanfran y Filipe Luis, abnegados en su empeño, se desligaron de su parcela y reventaron por el flanco. Sacó Juanfran un centro que Falcao no acertó a dirigir y lo hizo desde el otro costado Filipe Luis para que Salvio, futbolista de desconexiones y apariciones, de idas y venidas, la cazara al vuelo y la enviara a la escuadra contraria de un testarazo. Otro gol de aúpa para el extremo, que ya deshilachó al Hannover hace tres días. Diana del Atlético; abecedario del fútbol, ese que dice que el balón va del centro a la banda, córner, remate y red.

Consternado por la sacudida, el Getafe no dio réplica alguna, más allá de un remate de Diego Castro que no enfiló la portería. Juguete roto y sin ideas, falto de ambición por ganar identidad en la parcela contraria. Nada que ver con la agitación de Diego, que quería el balón a todas horas; nada que ver con la incontinencia de Filipe Luis y Juanfran, laterales de rompe y rasga, con el área rival en el entrecejo. A Diego le atendió Falcao, que se granjeó un hueco en el lateral del área y sacó un centro al primer palo. Remate de cabeza del 22 a la barra horizontal y puntapié a gol en el rechazo. Y al propio Falcao se la regaló Juanfran, en un centro que solo requirió el uppercut definitivo. Juego presumido, fútbol desde las alas y tres goles; otro Atlético.

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