Raúl García eleva a Osasuna

En el duelo de equipos revelación, Osasuna se ha convertido en una china en el zapato granota, batido en la ida y en la vuelta por el conjunto de Mendilibar. Por dos a cero en ambos casos. Gracias esta vez a la actuación portentosa de dos de sus jugadores: el portero Andrés, con dos paradas decisivas, y el mediapunta Raúl García, autor del primer gol con una volea imperial y artífice del segundo en el pase que le abrió a Nino las puertas del gol, cerradas para él precisamente desde la ida en el Reyno ante el Levante. Pese a la derrota, la afición despidió a su equipo con la enésima ovación, consciente de que chocó contra un muro, un rival sólido y forrado de dinamita.

Osasuna jugó con mucha personalidad en la primera media hora. Sin temerle a nada ni a nadie, se instaló en el campo granota, con una defensa muy adelantada, cortando todas las contras locales. Convirtiéndose en una amenaza cada vez que Nino creaba el espacio para el disparo de Raúl García. Como en el primer gol: el pequeño delantero cedió de cabeza hacia atrás, a la corona del área, donde Raúl García empalmó un zurdazo raso hacia el palo izquierdo.

El Levante se vio sorprendido en ese tramo, pero después reaccionó con grandeza. Empujó con todo y acabó encajonando a Osasuna y ganándose una vez más el corazón de su hinchada. Ante una defensa granítica, el Levante hubo de probar a Andrés desde lejos, con tiros repelidos por los puños afilados del meta osasunista. El cuadro de JIM se empleó a fondo para equilibrar el encuentro, imprimiendo un ritmo insostenible, poniendo a toda mecha el balón en liza cada vez que se detenía. Con tantas ganas de complacer a su gente que hasta Barkero y Valdo, desacertados en el primer trecho, acabaron por subirse al tren que pretendía arrollar a Osasuna. El asedio de los minutos previos al descanso dejó a la hinchada esperanzada en la remontada, si bien había habido un enorme desgaste físico sin recompensa.

Lo notó en el arranque del segundo tiempo. Le costó volver a coger el hilo hasta que el cabezazo en plancha de Xavi Torres se encontró con una estirada felina de Andrés casi de palo a palo. Pese a su escaso ruido, Andrés está siendo uno de los porteros del campeonato. Como se encargó de comprobar poco después Koné. El pase en profundidad de Javi Venta le dejó el balón donde quería. Lanzado en carrera, el costamarfileño le pegó potente y cruzado, sin éxito otra vez por la respuesta de Andrés. Mendilibar no quería depender tanto de su portero y dio paso a Lamah, mucha más velocidad en la punta de ataque. Combinada con la sapiencia de Raúl García para el último pase. En pies de Nino llegó la sentencia. Se revolvió con un par de culebreos y resolvió de tiro raso. Raúl García, ese jugador que maravillaban en los entrenamientos del Atlético de Madrid a sus compañeros y técnicos, también asombra ahora en los partidos. Al frente de un Osasuna sin complejos, muy duro de pelar.