El imperio de Raúl
El Athletic agradece el enfrentamiento contra el Schalke y evitar duelos entre equipos españoles
Buen sorteo, decían en Bilbao, futbolistas y aficionados cuando conocieron que el Schalke 04 era el rival en cuartos de final. El asunto tenía su miga, porque Bilbao vive un apoteosis en el que cualquier sorteo despierta más curiosidad que interés. Aún así el Schalke, hurgando en las posibilidades de futuro no era el rival deseado. Era uno de los cocos a evitar. Los otros dos tenían que ver con la Liga española, porque los enfrentamientos entre hermanos de competición tienden siempre a la rutina.
Pero tocó el Schalke 04, el equipo de Raúl, y sobre todo un clásico alemán que ha pasado por todas la vicisitudes sin perder su pedigrí en la Bundesliga. El Schalke, de la zona industrial alemana, no es un equipo industrioso, sino jugón, dentro de lo que cabe en la liga alemana. Siempre ha tenido un buen gusto por el balón y un estilo predeterminado últimamente. En cierto modo, es una fotocopia del Athletic, es decir del club que sin renunciar a su principios apuesta por la modernidad. Lo uno no va contra lo otro.
Y está Raúl, un icono mundial, al que se chillaba en San Mamés por el miedo que transmitía, por el peligro que anunciaba. Pero aún así, el Athletic ya se ha acostumbrado a no mirar el sorteo y sus potencialidades sino a mirarse a sí mismo. Sin duda, la eliminatoria ante el United le ha llenado de optimismo. Tanto que Iraola reconocía que “lo que no queríamos era un rival español”, en cambio “el Schalke es un gran equipo, con jugadores importantes, que motivan mucho la eliminatoria”. A Raúl le acompañan tipos como Fuchs, el jefe de la defensa, o Papadaopoulos, con un buen balance en la Bundesliga. Lo que más ha gustado en Bilbao es que el partido de vuelta se juegue en San Mamés.
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