Ducati está todavía en pañales
El equipo italiano trabaja a contrarreloj para ofrecerle a Rossi una moto competitiva que exprima los neumáticos
Para terminar de aliñar la empanada mental que el curso pasado atormentó al equipo Ducati que compite en el Mundial de MotoGP, solo faltaba que Carlos Checa, flamante campeón del mundo de Superbikes con la marca de Borgo Panigale, se subiera hace unos meses al prototipo de Valentino Rossi y Nicky Hayden y asegurara que el principal problema del prototipo era, nada más y nada menos, que un elemento que escapa al control del constructor italiano: los neumáticos. "Ya pueden hacer todos los cambios que quieran que con unos neumáticos tan rígidos como los Bridgestone actuales esta moto nunca podrá ser competitiva", dijo el español, a finales de noviembre, en Jerez.
El Mundial 2012 ya ha arrancado para Ducati, que desde ayer y hasta el sábado se concentra como cada año en la estación alpina de Madonna Di Campiglio, en los Dolomitas, junto a la escudería Ferrari de fórmula 1, por cortesía de Philip Morris, principal patrocinador de ambas estructuras. Una de las grandes atracciones de la última vez era contemplar a Valentino Rossi vestido de rojo por primera vez, además de presentar el nuevo prototipo. En esta ocasión, el constructor italiano no ha desplazado hasta Campiglio ninguna moto, más que nada porque la nueva máquina aún está en pañales y entre hoy y mañana comenzarán a ensamblarla. Será la próxima semana, en unos entrenamientos que la división de pruebas realizará en Jerez, donde la nueva arma de Il Dottore verá la luz por primera vez, de nuevo con Checa y con Franco Battaini como probadores. Será una primera versión completamente nueva que, seguramente, aún cambiará mucho respecto a la que saldrá a la pista en los primeros entrenos oficiales, previstos para los días 31 de enero, 1 y 2 de febrero, en Sepang (Malasia).
"Tenemos una desventaja de un segundo y medio que debemos recuperar poco a poco. Nuestro principal objetivo es conseguir hacer trabajar las gomas, y en eso estamos", ha declarado Valentino Rossi. "Pero necesitamos la ayuda de Bridgestone. Es difícil que hacer que las gomas adquieran temperatura, especialmente durante las primeras vueltas. Pero ellos saben cómo ayudar a los pilotos en ese sentido. Soy optimista. He visto la moto en el ordenador y pinta bien", ha comentado el nueve veces campeón del mundo. "Sé que nos han escuchado y que los problemas con la dureza de las gomas se resolverán. De todas formas, Bridgestone no tiene ninguna responsabilidad de los malos resultados que logramos el año pasado", ha querido puntualizar Hayden, aún convaleciente del accidente que sufrió mientras se entrenaba cerca de su casa en Owensboro, Kentucky, en el que se rompió un omoplato y varias costillas.
Los malos resultados (Rossi terminó el séptimo y Hayden, el octavo) convirtieron cada gran premio en una especie de laboratorio exprés. El más ocupado fue Hayden, que la mayoría de las veces actuó como conejillo de indias. "Hicimos tantos cambios que nos perdimos, probamos muchas cosas", ha reconocido el norteamericano. Ahora, con un proyecto que nace desde cero, es probable que el trajín aún sea mayor. Para tratar de evitar que aquello se repita, todos los efectivos de Ducati están trabajando a contrarreloj para conseguir, de una vez por todas, la base de una moto que, para rematarlo, aumenta de cilindrada (de 800cc a 990cc), que sea más manejable y que, además, se adapte mejor a los neumáticos. Mientras Honda y Yamaha ya tienen más que claras las líneas de sus apuestas con vistas al nuevo Mundial, la de Ducati sigue en pañales.
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