Una somanta al trantrán

Sin despeinarse. Tres días después de su sofocón ante el Barça en un pulso de altura por el liderato, el calendario le dio una tregua al Madrid. El conjunto de Laso apabulló a un enclenque Murcia sin necesidad de forzar la máquina. Los de Luis Guil apenas se sostuvieron en el partido durante los dos primeros cuartos, pero la lustrosa rotación de los blancos acabó por descoser al cuadro local.

Un 14-29 en el tercer cuarto a favor del Madrid dio el pistoletazo de salida a un zarandeo cimentado en los puntos de su juego interior (38 entre Reyes -14-, Tomic -13- y Mitoric -11-). Laso repartió minutos y los blancos se dieron un festín. El Madrid funcionó como una máquina bien engrasada desde el inicio y comenzó el encuentro haciendo daño con Ante Tomic en la pintura y con Sergio Rodríguez marcando el ritmo y viendo aro con facilidad. Eso le hizo mandar desde el salto inicial y marcar la pauta en el primer cuarto (16-23).

Los de Luis Guil, a base de intensidad defensiva, lograron frenar por momentos la sangría de puntos en contra, pero su falta de acierto en ataque (con un flojo 36% en el tiro de dos) les impidió acercarse demasiado al conjunto blanco, que llegó al descanso con una renta cómoda y con Felipe Reyes asumiendo el protagonismo en el conjunto de Laso. Un triple de Jaycee Carroll -sus primeros puntos en el encuentro- casi sobre la bocina que indicaba la llegada del intermedio puso el 30-41, puso la máxima ventaja visitante hasta ese momento.

El segundo tiempo comenzó como acabó el primero, con otro triple de Carroll, y el poderío físico de los pívots madridistas en ambas zonas terminó de sentenciar el encuentro en casi un abrir y cerrar de ojos (34-56).

Quedaban todavía 16 minutos para el final y el Murcia se veía 22 puntos por debajo en el marcador. Solo el exmadridista Sekulic -el mejor de los locales y del partido con 21 puntos y 10 rebotes para un 22 de valoración-, sostuvo al Murcia. UN argumento insuficiente para frenar el paseo madridista que comenzó a rondar los 30 puntos de ventaja (42-70).

El último cuarto, con todo decidido, solo sirvió para saber cuál sería la diferencia final y para el lucimiento de los tiradores del Madrid como Carroll y Sergio Llull. Pese a la comodidad del resultado en un encuentro en el que llamó la atención el hecho de que James Augustine se fuera sin anotar, el equipo de Laso no se dejó ir y siguió defendiendo con intensidad hasta firmar un marcador concluyente (60-91).