Inyección de autoestima

El Gescrap Bizkaia salió ante su público con el ánimo tocado y las expectativas disminuidas. La obligación de ganar al Estudiantes de Pepu Hernández era ineludible tras las derrotas de la pasada semana ante el Cajasol y el Olympiacos. Los bilbaínos lograron, no sin sufrir, la victoria tras haber sabido dominar el último arreón de los madrileños, que a punto estuvieron de agravar la crisis de los de Fotis Katsikaris.

No fue así por el pegajoso ataque con el que el Bizkaia acosó al Estudiantes, apoyado en Carlos Jiménez y Simmons como chicos para todo. El primer cuarto fue una prueba sencilla para los bilbaínos, que llegaron a sacar siete puntos de ventaja a los madrileños. Aunque éstos aprovecharon los tontos y abundantes errores locales para sacar la cabeza en varias ocasiones.

Con Jackson en estado de gracia, el equipo de Katsikaris afianzó su estrategia antes del descanso y llegó a alejarse quince puntos en el marcador. El Estudiantes no dio el partido por perdido en ningún momento y Granger, Rodrigo De la Fuente y un Carlos Jiménez colosal arrimaron el hombro para remontar una y otra vez. Con un 61-44 en contra a punto de entrar en el último cuarto, los madrileños, bien coordinados y capitaneados por un genial Germán Gabriel, reaccionaron de nuevo y pusieron a prueba la paciencia de los bilbaínos.

Menos mal que Aaron Jackson estuvo enchufado durante todo el voluble choque de Miribilla, ya que la posibilidad de perder pie nunca dejó de estar ahí. Los de Pepu Hernández llegaron a tener un lanzamiento para el empate a un minuto del final, pero Jayson Granger lo falló y Banic y Jackson cerraron filas para que no se les escapara una sola victoria más ni en la liga ni en la Euroliga.