Bolt-Blake, el duelo va en serio
Los dos 'sprinters' jamaicanos comienzan a poner a prueba su cohabitación con el mismo técnico
Los dos mejores 'sprinters' del momento, los dos atletas que protagonizarán el duelo más esperado en la pista de Londres el próximo verano, emprendieron hace ya un mes el camino hacia la final de los 100 metros de los Juegos Olímpicos. Tienen por delante aún casi nueve meses, pero no se perderán de vista casi ni un día. Eso, si resisten una cohabitación que, así, en la distancia, parece complicada. Si Yohan Blake y Usain Bolt llevan ya varios años entrenándose juntos en Kingston a las órdenes del mismo entrenador, Glenn Mills, nunca lo habían hecho en la situación actual, siendo uno, el más jovencito, el aprendiz, campeón del mundo, y el otro, el dios, el hombre más rápido de la historia. Deberá establecerse entre ambos una relación diferente, una tensión, y, como enseña el materialismo dialéctico, de ella debería surgir una realidad nueva que la supere. Blake, en una afirmación con posible interpretación metafórica, dice: "En cuestión de mujeres, Bolt me gana en cantidad, pero yo en calidad".
La IAAF, que, como casi todos los entes oficiales reacciona con prudencia y lentitud, aún no ha entrevisto la nueva realidad que muchos observaron de manera fulgurante el pasado septiembre en Bruselas, donde Blake, pese a no saber manejarse en la curva, corrió los 200 metros en 19,26s, la segunda mejor marca de la historia, a solo siete centésimas del increíble récord mundial de Bolt. Por eso, quizás, la federación internacional el sábado volvió a elegir a Bolt, de 25 años, por tercera vez mejor atleta de la temporada, por delante de Blake, de 21, quien, prudente y sabio también, lo aceptó sin rechistar. "Ha ganado el Mundial de 200, ha batido, junto a mí entre otros, el récord del mundo del 4x100, ha hecho la mejor marca del año en los 100 metros, 9,76s, y ha permanecido imbatido en la distancia. Se merece el galardón, mientras yo he perdido dos veces", dijo el joven Blake, quien, contrariamente a lo que opinan muchos conocedores del atletismo, no cree que derrotara a Bolt en la final de Daegu en la que fue eliminado por salida nula.
Mientras algunos, como Mo Greene y Asafa Powell, creen que la salida nula tuvo mucho que ver con la presencia amenazante de Blake en la calle de al lado, en las dudas de Bolt sobre si sería capaz de remontar a Blake en los último metros, si este, eléctrico, salía mejor que él. Para Blake, aquello fue un accidente, y para Bolt, la consecuencia de un año marcado por la lesión en la espalda que sufrió en 2010. "La razón de la salida nula es que estaba impaciente; había trabajado muchísimo para llegar en forma a Daegu", dijo Bolt en Mónaco, en la gala de la IAAF. En el mismo escenario y para mantenerse a la altura de su fama, lanzó una promesa con aires de boutade. "En Londres también correré el relevo 4x400", dijo Bolt, quien, siguió, quiere ganar cuatro oros en Londres (100, 200m y los dos relevos) para seguir construyendo su leyenda y acercarse a grandes pasos al récord de oros olímpicos de Carl Lewis, nueve, de ellos tres en longitud. "Con siete ya tendría en carrera más que Lewis". Las dudas que despierta ese proyecto son dobles. La primera, la capacidad del relevo jamaicano largo, bronce en Daegu tras Estados Unidos y Sudáfrica, para pelear por el oro; la segunda, la propia capacidad de Bolt de entrenarse lo suficiente para correr un 400 metros en menos de 45s (hace cuatro años logró su mejor marca, 45,28s).
Los entrenamientos con Blake, llamado La Bestia por el apetito con el que devora las sesiones de preparación más duras, transcurren según Bolt, con fama de perezoso, bien, sin piques. "No tiene sentido", dice. "Blake tiene tendencia a desafiarme en los entrenamientos, pero yo le digo que no tiene sentido, que sería una estupidez lesionarnos por pasarnos en los entrenamientos. Bromeando puedo decir que entrenando juntos le puedo vigilar de cerca, sus progresos, pero, más en serio, Blake es un gran estímulo".
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