Graham Henry deja Nueva Zelanda
Tras ganar el Mundial, el seleccionador de rugby abandona el banquillo y asegura "poder descansar en paz"
"Ahora puedo descansar en paz". Esas fueron las palabras de Graham Henry el domingo 23 de octubre nada más ganar (8-7) a Francia y conseguir la segunda Copa de Mundo de la historia de Nueva Zelanda, tras 24 años de decepciones. Hoy, ha confirmado lo que era un secreto a voces: deja el banquillo de los All Blacks. Tras ocho años al frente del equipo de rugby más famoso, Henry deja el cargo siendo considerado uno de los mejores entrenadores de la historia y un ídolo en su país. Pero en su despedida, matizó: "La línea entre ser un héroe y un villano es muy fina. Yo lo sé mejor que la mayoría".
El camino hasta la cumbre de este exjugador de rugby y cricket, además de profesor de instituto y luego máximo responsable de los All Blacks, no ha sido fácil. En 2007, estuvo a punto de no renovar como seleccionador. Nueva Zelanda acaba de ser eliminada, por Francia, su víctima en la última final, por primera vez en la historia en los cuartos de final de un Mundial y en el país, todos clamaban contra el entrenador y sus constantes rotaciones y su juego poco defensivo. "Estoy agradecido a Steve Tew [presidente de la Federación Neozelandesa de Rugby (NZRU)] por ir en contra de las costumbres del deporte y renovar a un grupo de técnicos que venía de fracasar. Creo que hemos justificado esa decisión", ha afirmado Henry en la rueda de prensa de su despedida, sentado junto al propio Tew. El entrenador, también ha explicado que una de las razones de su renuncia es la presión que soportaba su familia: "Yo tenía una rutina antes de cada partido, antes de cada gira, antes de cada torneo, pero ellos no. Tenían que soportar mucho, cada vez que hablaban con alguien o las cosas no iban bien, como en los últimos minutos de la final del otro día, cuando íbamos 8-7 y los franceses presionaban", ha explicado Henry; "no son la razón por la que dejo el cargo, pero sí una parte importante de lo que ha ocurrido todos estos años".
Desde que en 2003 Henry se hiciera cargo de la selección de Nueva Zelanda, ha acumulado un palmarés y unas estadísticas difíciles de igualar. Su equipo ha cosechado 88 victorias en 103 partidos, un 85% de triunfos; ha ganado cinco títulos -2005, 2006, 2007, 2008 y 2010- del Tres Naciones (la competición anual que enfrenta a Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda), dos de ellos -2008 y 2010- ganando todos los partidos; en la gira neozelandesa de los British and Irish Lions -la selección de los mejores jugadores del Reino Unido e Irlanda- en 2005 ganó los tres partidos que jugaron por primera vez en 22 años; ha ganado ocho copas Bledisloe, el título que se juegan Nueva Zelanda y su máximo rival, Australia; y ha sido nombrado cinco veces -2005, 2006, 2008, 2010 y 2011- entrenador del año por la federación internacional de rugby (IRB), siendo el único entrenador que lo ha ganado más de una vez.
Henry ha afirmado que quiere alejarse de los banquillos, aunque antes dirigirá, el próximo 26 de noviembre, a los Barbarians (una selección de los mejores jugadores del mundo), contra Australia, en uno de los templos del rugby, Twickenham. El técnico lleva en activo casi 20 años, en los que además de a los All Blacks ha entrenado, entre otros, a los Blues de Auckland, con los que ganó dos torneos de Super Rugby (el título de clubes más importante del hemisferio sur) y a Gales, entre 1999 y 2002, con los que consiguió más de un 60% de victorias y se ganó el sobre nombre del Gran Redentor. Por ahora, ha declinado una oferta para colaborar con la federación inglesa y Tew quiere convencerle para que siga vinculado al mundo del oval en su país: "Tiene muy buena relación con los demás técnicos y todavía tiene mucho que enseñarnos". Henry, después de sugerir a su ayudante Steve Hansen como su posible sucesor, no le ha contradicho: "He tenido una larga relación con la federación y me gustaría mantenerla". Pero por ahora, descansa en paz.
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