Buen botín para el Athletic

El Athletic consumió el descuento con un rondo en el centro del campo, sin la más mínima intención de mandar el balón al área del Sporting, como parece que manda la tradición del equipo bilbaíno. Fue una buena pista de lo que había sido el partido, dominado por un Sporting que falló oportunidades clamorosas y encontró el gol un poco por casualidad, gracias a la carambola entre Barral y Bilic. Como hay cosas que nunca cambian, el del Athletic había llegado de acuerdo con la más pura ortodoxia: córner al primer palo, peinada de Toquero y Susaeta, solo en el segundo, remató a placer.

Como lo que marca son los resultados, a la afición sportinguista no le importó sacrificar la hora del vermú por el fútbol. Las dos últimas victorias animaron a la hinchada y cargaron las pilas de los futbolistas de Preciado, que salieron a completar su semana fantástica con un nueve de nueve. Lo merecieron, pero volvieron a estrellarse con su principal carencia: la falta de gol.

El día de descanso de diferencia entre los contendientes pareció notarse en la matinal de El Molinón. No se vio por ningún lado el vigoroso Athletic que pasó por encima del Atlético de Madrid el jueves, mientras que el Sporting volvía a meter tal ritmo al partido que se llevaba el balón en todas las disputas y ganaba todas las carreras. Bielsa dejó muy solo a Llorente, respaldado por un batallón de pequeños (Susaeta, De Marcos, Herrera y Muniain) que casi nunca pudieron con la presión gijonesa.

Preciado, tan aficionado a rotar cuando se juntan tres partidos en una semana, mantuvo a los titulares, con la excepción del joven Nacho Cases, lesionado. Eguren, tan enérgico como impreciso otras veces, lo sustituyó con acierto y ayudó a que el Sporting mantuviese bajo control el centro del campo. Con eso y el buen pie de Trejo y De las Cuevas, Barral se citó varias veces ante Iriaizoz, que siempre le ganó la partida.

El Sporting reaccionó con orgullo y confianza al gol del Athletic. Preciado juntó a sus dos delanteros y en seguida encontró la fortuna que se le negó en otros lances más hilvanados. Bastó una disputa de Barral, un balón suelto y la fe de Bilic, que sacó petróleo de un remate que hubiese hecho feliz a Iraizoz de no mediar el desvío en Barral. Bielsa respondió al desafío gijonés retrasando a Iturraspe para defender con tres centrales. Con aplicación y algo de suerte, ya que el Sporting tuvo otras dos oportunidades clarísimas, el Athletic se marchó con un puntito. Mucho para lo que mostró en El Molinón.

Sporting 1 - Athletic 1