Ferrer pierde el saque en el peor momento
El alicantino cae ante Murray en la final de Shanghái con un raquítico 44% de primeros servicios, un arma que le funcionó de maravilla durante el torneo
En Shanghái, su primera final de un Masters 1000 sobre cemento, David Ferrer se inclinó de la manera más dolorosa ante el británico Andy Murray (7-5 y 6-4). Puesto frente al mejor tenista del momento, el alicantino perdió su primer saque, lo recuperó inmediatamente y condujo el partido por donde le convenía. En Shanghái se jugaba corriendo. Eran constantes los cambios de ritmo, las jugadas agonísticas, los peloteos de hierro. Ferrer, sin embargo, se sintió extraordinariamente presionado. Como si interpretara que el encuentro exigía que diera más de lo que tenía dentro, el número cinco mundial apretó, apretó y apretó, quiso tirar tanto, quiso empujar tanto, que de error en error entregó dos breaks fundamentales, los que le costaron el partido: con 5-5 en la primera manga y 0-0 en la segunda, cedió dos servicios en los que dominaba por 30-0. Un dato que explica por dónde llegó su derrota. Ferrer disparó un 44% de primeros saques por el 63% de su contrario.
Durante toda la semana, el alicantino usó con éxito en momentos decisivos dos golpes que no están normalmente en su repertorio: el revés paralelo y el saque. Esos dos argumentos, usados puntualmente, como si los guardara para los puntos de inflexión, fueron las tijeras con las que fue cortando la tela de araña tejida por Murray. Por dos veces, Ferrer cedió el servicio con el que abría cada una de las mangas disputadas. Por dos veces los recuperó inmediatamente. Nunca consiguió que esos dos golpes de efecto marcaran el guión de la final, a pesar de que los dos cambios en el marcador parecieron dejar a Murray desconcertado. Al alicantino le faltó continuidad en la herramienta que había sostenido sus victorias previas: con un bajo porcentaje de primeros, frente a la lluvia de aces de los días anteriores, es imposible vencer a un restador de la categoría de Murray, que le ganó castigando su segundo saque (se llevó el 56% de los puntos). El español llegó a perder tres saques seguidos (de 5-5 a 5-7 y 1-3).
Desde el lunes, Murray, que lleva tres torneos ganados seguidos, desplazará a Roger Federer como número tres del mundo, con lo que el suizo dejará el podio del tenis por primera vez desde 2003. Ferrer, por su parte, seguirá anclado en el número cinco. Es un puesto de privilegio. Ferrer, se dice en el vestuario, es el número uno de los normales, porque por delante solo tiene a Novak Djokovic, Rafael Nadal, Murray y Federer, cuatro hombres inalcanzables. Él, probablemente, no lo vea así. Seguramente cambiaría su ránking por un título que consolide su carrera y le dé lustre para las generaciones futuras. La próxima oportunidad, previo paso por el torneo 500 de Valencia, en el Masters 1000 de Paris-Bercy.
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