Un chico para todo por 30 millones
Coentrão, el undécimo futbolista que llega al Madrid con Mourinho, puede jugar de lateral, interior y extremo
A principios de julio, mientras todos sus compañeros del Benfica volaban rumbo a Nyon para empezar la pretemporada, Fabio Coentrão viajó a Madrid junto a su representante, Jorge Mendes. Rechazó una oferta del Chelsea y se plantó en la capital de España. Llevaba un mes diciendo que solo quería jugar en el Real Madrid. Lo consiguió. Petición expresa de José Mourinho, con el que comparte agente, el zaguero zurdo firmó por seis temporadas. El coste, unos 30 millones de euros (incluido el traspaso del central argentino Garay). Coentrão, de 23 años, encaja en el perfil de jugadores que busca Mourinho: polivalentes. Igual que Altintop y Callejón, otros dos de los cinco fichajes de esta temporada.
Coentrão es lateral, pero puede jugar también de extremo y de interior. "Es el clásico defensa moderno", le describe Jorge Jesús, su técnico en el Benfica. Es zurdo, pero se maneja también bien con la pierna derecha. "Es muy regular, rápido y dinámico. Defiende y ataca, lo hace todo. Defensivamente ha mejorado mucho, está más centrado. Ahora es cuando se ha convertido en un lateral más específico", cuenta Alberto Zapater, que fue su compañero en el Zaragoza (donde jugó cedido en 2008) y luego rival en el Sporting de Lisboa. "Le había perdido la pista. Lo volví a ver en el Mundial, cuando Portugal se enfrentó a España. Me sorprendió muchísimo el nivel que tenía. No sabía, además, que jugaba de lateral. Con nosotros era más interior", continúa.
El paso de Coentrão por la Liga fue muy breve (cinco meses) y no dejó precisamente grandes recuerdos. Marcelino se lo encontró cuando aterrizó en el Zaragoza. Coentrão, que por aquel entonces tenía 20 años, había entrado en la operación de Aimar. Más conocido por ser acusado de juergas nocturnas que por su rendimiento, jugó solamente nueve minutos. En el mercado de invierno regresó a Portugal.
Algunas personas del club lo recuerdan como un jugador "totalmente desfasado". "Hizo la pretemporada y lo apartaron. No le dieron oportunidades", le defiende Zapater.
"Llegó como un banda izquierda ofensivo, pero por el idioma o quizás por ser tan joven no se aclimató y nunca llegamos a ver al jugador en el que se ha convertido ahora", relata Uría, segundo de Marcelino en el Zaragoza. De vuelta al Benfica, Coentrão empezó a jugar con más regularidad y empezó a ser convocado por la selección. Dicen algunos periodistas portugueses que sus actitudes rebeldes (la última, no viajar con su equipo a la pretemporada para forzar su salida) son consecuencia de su infancia y de sus orígenes humildes. Creció en Caxinas, un barrio de pescadores de Vila do Conde (pequeña ciudad al norte de Oporto) en una familia dedicada al mar. No se movió de allí -empezó en el Río Ave, equipo de la ciudad- hasta que el Benfica lo fichó en 2007. Ahora, cuatro años después, compartirá equipo con cuatro compatriotas (Pepe, Cristiano, Carvalho y Mourinho, además de varios técnicos más). Mourinho ve reforzado su conjunto con un comodín de 30 millones, los mismos que pagó el equipo blanco por Pepe en 2007 al Oporto.
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