Pedrosa, una historia de lesiones

Las lesiones parecen decididas a no abandonar la carrera de Dani Pedrosa. El piloto español, que hoy se ha fracturado la clavícula en el circuito de Le Mans, tiene un larga y desgraciada relación con ellas que data del año 2003 en Australia, ya como campeón del mundo de 125cc, donde se rompió los dos tobillos en una caída. Desde entonces, Pedrosa solo ha terminado dos temporadas (2004 y 2007) sin percances de importancia.

En 2005, en Japón, Pedrosa retó a la suerte y perdió. Tras caerse en los entrenamientos oficiales y ser trasladado a una clínica móvil -en la que se le diagnosticó una contusión en la muñeca izquierda y otra en el glúteo- regresó a la pista, pero no pudo acabar el entrenamiento por un nuevo accidente en el que se fracturó el húmero izquierdo. Al año siguiente, en el Gran Premio de Malasia, se fue al suelo a más de 190 kilómetros por hora. En esta ocasión tuvo suerte y, pese a lo aparatoso del golpe, el incidente se saldó con cinco puntos de sutura en la rodilla.

La temporada 2007 fue relativamente tranquila y se saldó con una caída en Turquía que le causó traumatismos de menor importancia y con una artritis en el pie izquierdo. Pero el siguiente año fue peor: tras recuperarse de una fractura en la mano derecha en Sepang durante la pretemporada, su golpe contra las protecciones en Alemania -en el que volvió a dañarse la mano derecha- le impidió correr en Laguna Seca y le dejó fuera de la disputa del título.

Antes de acabar la temporada volvió a rodar por el suelo en una caída que comenzó un infierno de varios meses que le obligó a pasar dos veces por el quirófano para operarse de la rodilla izquierda. Tras su larga recuperación, en el Gran Premio de Italia de 2009 se lesionó en la rodilla derecha. Un largo historial que, hasta hoy, tenía como último percance de consideración su caída en Japón el pasado octubre, donde dijo adiós al Mundial.