Chori Castro sube el volumen
El extremo uruguayo del Mallorca, encargado de poner la música en el vestuario bermellón, apunta a un grande del fútbol español
Cuando Martí cuenta que Chori es el que pone la música en el vestuario, tras explicar que el uruguayo es una persona alegre y dicharachera, lo que se piensa es que el medio, uno de los capitanes del Mallorca, ha utilizado una metáfora. Pero, después de que Erik Larsen, el segundo entrenador del equipo bermellón, utilice las mismas palabras, se entiende que ambos se refieren a algo más concreto. Gonzalo Chori Castro (Trinidad, 1984) es el dj oficial del conjunto isleño, una pasión que lleva consigo de los años en el Nacional, su equipo en Uruguay, donde compartía la tarea -y los ritmos tropicales- con el Gordo Viera, el guardameta. Mañana, el conjunto bermellón se enfrenta al Málaga, penúltimo (18.00, PPV).
Un detalle que ayuda a entender el temple positivo del extremo izquierdo del Mallorca, que desembarcó hace cuatro temporadas en España con 23 años y no se rindió ante los reveses de la suerte con los que tuvo que lidiar: primero, una lesión que le impidió jugar en su primer curso (2007-08) en la isla; después, vivir el segundo año a la sombra de Juan Arango. El venezolano, el segundo mayor goleador de la historia del Mallorca (46 goles) detrás de Eto'o (54), jugaba en su misma posición. "Ese año hacía de revulsivo y la verdad es que lo hizo muy bien", cuenta Martí. Con apenas 19 presencias, la mayoría en la parte final de los partidos, Chori anotó esa temporada cinco goles y se lució en la Copa con un gol en la semifinal frente al Barcelona del triplete, un zurdazo que se coló por la escuadra.
"Es un gol que disfruto cada vez que vuelvo a verlo, pero aún más me gusta el que marqué a Osasuna el año pasado.Uno de estos en los que progresas, te encaras muy bien al rival y luego le pegas con el alma y la pelota se mete en la escuadra. Un golazo", relata sin modestia Chori. Esta diana fue una de las seis que anotó la temporada pasada, la mejor desde que cruzó el Atlántico. Conquistó la titularidad tras la despedida de Arango y a los goles sumó ocho asistencias. "Sin duda, el mejor momento que he vivido desde que estoy en España", admite el uruguayo. Una temporada sobresaliente que, sin embargo, no le bastó para vestir la zamarra de la celeste en el mundial de Sudáfrica. "Nos asombró que no le considerasen después de un año así", relata Martí; "tenía que estar muy bien arropado Uruguay en la banda izquierda para no tenerlo en cuenta". En su zona se movió, en el fenomenal Mundial que hizo el equipo de Tabárez, Álvaro Pereira, del Oporto. "Lo hizo muy bien, como todo Uruguay. Tenía una pequeña esperanza de participar, es verdad, pero luego fui un hincha más. La noche contra Ghana, la del penalti de Suárez, nunca la olvidaré", afirma Chori, que, ya de vuelta a España para empezar la preparación, vio solo en casa los cuartos de final. "Me queda aún mucho fútbol por delante, hay que trabajar y la camiseta de la selección llegará" asegura Chori, que cumplirá 27 años el próximo septiembre.
Si la decepción por este tema fue digerible, mucho menos lo fue la exclusión del Mallorca de las competiciones europeas después de que el club se acogiese a la Ley Concursal. "¡Hombre, sí que fue duro! Sobre todo porque repetir una temporada como la pasada será difícil", admite el extremo, "siempre estuvimos entre el cuarto y el quinto puesto y en casa sumamos los mismos puntos que los grandes". Este año, tras haber perdido jugadores del calibre de Aduriz y Borja Valero, el Mallorca navega hacia una salvación relativamente tranquila (39 puntos, nueve más de la cuota que marca el descenso). Para Chori Castro, que hasta ahora ha marcado cinco tantos y repartido cuatro asistencias, será aún más difícil repetirlo porque su despedida a finales de año es muy probable. Las necesitadas arcas del club se pueden beneficiar de la venta del Chori y tienen que hacerlo antes de que acabe su contrato, en junio de 2012. Ya en el último mercado invernal, su nombre fue aproximado a equipos como el Villarreal y el Valencia. "Y al Átletico también", recuerda el mismo Gonzalo. Aunque admita que el sosegado ambiente mallorquín será difícil encontrarlo en otros sitios, para el Chori es el momento de dar un salto más. "Si tuviera la ocasión no sabría qué equipo elegir. Claro, en el Atlético encontraría a Forlán, si se queda después de este año difícil para él, y a Godín, otra referencia del fútbol de mi país". En el Mallorca, uruguayos no hay, pero el Chori ha encontrado con quién tomarse un mate por la mañana, antes de empezar los entrenamientos: "El primero que llega entre Lux y yo lo prepara para el otro también. Con Germán nació una relación entre compañeros que se ha convertido en una linda amistad".
El segundo entrenador, el danés Larsen, no quiere hablar de posibles destinaciones del Chori. En este momento todos los pensamientos se centran en la salvación. "Lo que sí puedo decir es que no le falta talento y capacidad para un gran equipo. Puede moverse de extremo, de media punta o de segunda punta", explica Larsen. "El juego de Michael [Laudrup] le viene muy bien, con más posesión, más toques, algo que al Chori le sale natural", revela. El uruguayo, que cuenta que con tres años ya le dejaban jugar con los niños de siete y que empezó de enganche se ha escorado hacia la banda izquierda con los años y ha madurado tácticamente. Ahora, está preparado para poner música en vestuarios con una resonancia más amplia, para que su voz en el mundo del fútbol se escuche mejor.
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