"Pensaba que sería más complicado"

Cuando uno se fija en Marc Márquez (Cervera, Barcelona, 1993), reconoce en él gestos de Dani Pedrosa, tres veces campeón del mundo de motociclismo (una de 125cc y dos de dos y medio). Los dos son tímidos, muy discretos, y los dos irrumpieron como cohetes en la categoría intermedia del motociclismo. En el caso de Pedrosa fue llegar y conseguir el título, mientras que Márquez ha dejado temblando a más de uno durante los ensayos de pretemporada que ha llevado a cabo hasta ahora. La semana pasada, en Jerez, en la que fue la última de las cinco sesiones que ha realizado hasta ahora al manillar de su nueva Moto2, pulverizó en más de un segundo la pole que el año pasado situó a Shoya Tomizawa en la primera plaza de la parrilla. Cuando faltan menos de tres semanas para que el Mundial dé comienzo en Qatar (20 de marzo), el corredor catalán, el campeón del mundo más joven de la historia, ya es el hombre a batir, por más que su nuevo prototipo no tenga nada que ver con la Derbi que había empleado hasta ahora en el octavo de litro.

"Pensaba que la adaptación sería más complicada, pero aún hay parámetros que no domino. Esta moto incorpora un propulsor de cuatro tiempos y pesa el doble (135 kilos) que la 125cc (136 kilos entre máquina y piloto). Por todo ello he tenido que comprender, entre otras cosas, cómo funciona el freno motor", ha argumentado Márquez en la presentación de su estructura, esta mañana, en la Pedrera. Santi Hernández es su jefe de mecánicos y su explicación permite hacerse una idea de los cambios que ha tenido que afrontar el motociclista: "Se ha visto obligado a cambiar su estilo de pilotaje. El paso por curva ya no es tan rápido como en la 125cc, y debe llegar, parar la moto, inclinarla, levantarla, y acelerar para salir del viraje", detalla el técnico catalán, que acumula una infinidad de horas de trabajo en las motos de Valentino Rossi y Sete Gibernau, entre otros.

Otro de los aspectos que con el salto a Moto2 cobrarán más importancia será la puesta a punto. "En este escenario, las motos son muy parecidas y la puesta a punto es vital porque gracias a ella puedes marcar diferencias", atestigua Hernández. De entre los distintos fabricantes de chasis disponibles, el equipo optó por el constructor suizo Suter, a pesar de que no fuera el que eligió Toni Elías, que el año pasado se coronó con una Moriwaki. "Pudimos elegir y nos decantamos por el chasis que fue más regular. Hubieron bastantes pilotos que fueron rápido con el Suter", resume el técnico, que, junto a los demás miembros del equipo, Márquez incluido, se ha largado zumbando nada más terminar el acto hacia Jerez, donde mañana se retoman los entrenamientos.

La atmósfera que rodea a los entrenamientos, en los que cada uno va a su bola, no tiene nada que ver con la que se genera en las carreras, donde 35 pilotos comparten pista y compiten por un palmo de asfalto. En ese sentido, Márquez aún no sabe donde se ha metido, pero las perspectivas no podrían ser mejores para él.

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