Un equipo aseado
La Real es el único conjunto sin tarjetas rojas tras la primera vuelta
El Barça encabeza el trofeo del juego limpio, cuando ha concluido la primera vuelta de la competición de Liga (19 partidos). Quizás no sea una noticia, porque el equipo de Guardiola es un equipo al que hay que defender, lo que implica un grado de intensidad al contrario que puede conducirle a las faltas, las tarjetas o las expulsiones por una cuestión de reiteración. Más sorprendente parece que un equipo recién ascendido, como la Real Sociedad, cuya aspiración natural es lograr la permanencia y en la medida de lo posible habitar en la clase media de la Liga, sea el segundo más limpio de la competición. En el fútbol, al pobre o débil o necesitado se le atribuye automáticamente el juego al filo de la ley.
El Athletic es el más expulsado y el segundo con más tarjetas amarillas
La Real de Martín Lasarte ha acabado la primera vuelta de la competición como el único equipo que no ha visto ninguna tarjeta roja en 19 partidos, y es el segundo menos tarjeteado, tras el Barça.
El equipo de Lasarte no ha recibido ninguna tarjeta roja, pero es que además tampoco ha provocado ninguna tarjeta roja al contrario, lo que indica que se trata de un equipo que juega a lo suyo y no fuera de lo suyo. Quizás eso explicaría que sea el equipo que menos faltas, sancionadas por los árbitros, recibe (312) y el 12º que más comete según las estadìsticas de la competición (280).
Nada que ver con el equipo coriáceo que se supone a un recién ascendido. El conjunto de Lasarte, un técnico uruguayo al que inmediatamente se le asocia toda la tradición del país del sol oriental, nada tiene que ver con esa figura que, de momento, le ha llevado a la zona media de la tabla donde siempre hubiera soñado habitar en el primer año de retorno a Primera División.
El Athletic es más visceral en sus pronunciamientos deportivos. De hecho, es líder de la clasificación en tarjetas rojas (6) y el octavo en tarjetas amarillas (60). El intercambio no le es poco fructífero. Es el segundo equipo que más tarjetas amarillas provoca al contrario (68), algo en lo que, sin duda, tienen que ver dos tipos tan dispares como Llorente y Muniain, y el 3º que más tarjetas rojas provoca al rival (6).
El juego está claro en el conjunto de Caparrós. No se trata de un asunto de límites reglamentarios, sino de contundencia en el juego, lo que significa bordear al alambre para bien o para mal. La potencia de Llorente y el juego vertiginoso de Muniain son un conflicto para todas las defensas rivales, sobre todo en San Mamés. A cambio, la defensa de Caparrós juega tanto al límite de sus posibilidades (no confundir con violencia) que incita la capacidad sancionadora de los árbitros españoles, muy dados a las sentencias disciplinarias momentáneas.
La Real Sociedad aspira al torneo fair play. Y de paso acaba todos los partidos con 11 futbolistas.
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