Cassano vuelve a las 'cassanatas'
El jugador del Sampdoria está apartado del equipo por insultar al presidente
Dijo Cassano que la época de las cassanatas -excentricidades y polémicas que siempre le han acompañado a lo largo de su carrera- se había terminado. Lo dijo en junio, cuando se casó, en pleno Mundial, con Carolina, una jugadora de waterpolo de 20 años: "Si he cambiado y ahora soy una persona madura es gracias a ella". Efectivamente quedaba atrás el chico conflictivo que volvió locos a Spalletti en el Roma y a Fabio Capello y compañía en el Madrid. Nada más llegar al Sampdoria perdió unos ocho kilos, empezó a entrenarse con normalidad y a jugar con continuidad.
La conversión de Cassano, de 28 años, ha durado exactamente cinco meses. El pasado martes tuvo un encontronazo con el presidente del Sampdoria, Riccardo Garrone -al que, según varios medios italianos le dijo 'viejo de mierda' entre otras bondades- y desde el sábado está apartado del equipo. No va convocado y tiene prohibido acudir a los entrenamientos. El club genovés ha tramitado ya al Colegio Arbitral de la Liga la petición para rescindir unilateralmente el contrato de Cassano. Había firmado hasta 2013 por unos 2,8 millones al año. Un sueldo estrella para un equipo como ek Sampdoria.
Garrone lo rescató del Madrid en agosto de 2007, lo adoptó como un hijo más y el día de su llegada al estadio de Marassi en Génova lo presentó como "un hombre humano, responsable y respetuoso". Todo lo contrario de lo que salió el pasado viernes en un comunicado del club. "Cassano ha sido suspendido por comportamiento gravemente ofensivo e irrespetuoso hacia el presidente". ¿El motivo? Garrone le pidió el pasado martes que le acompañara a recoger un premio al "mejor jugador del año de la Sampdoria".
La cita era en un hotel en Sestri Levante, no muy lejos de Génova, y el ganador del premio era Cassano. "No hace falta ni que te quedes toda la noche. Recoges el premio y te puedes marchar si quieres", le dijo el presidente. Cassano se negó. Según cuenta La Gazzetta dello Sport, le dijo: "No voy a ir a esa mierda de hotel". Y se marchó dando un golpe a la puerta y gritando, siempre según la Gazzetta: "Vaffanculo viejo de mierda". Sus compañeros oyeron los gritos desde el vestuario.
El jugador pidió disculpas dos días después. Pero se negó a poner por escrito la versión de lo ocurrido, por lo que el club decidió el pasado viernes apartarlo del equipo. Desde el sábado Cassano no se entrena con el resto de sus compañeros. Según su representante, Giuseppe Bozzo, el jugador no quería dejar sola a su mujer, embarazada. De ahí que se negara a acompañar al presidente Garrone a recoger el premio. El caso es que Cassano no perdía los papeles desde marzo de 2008. En esa ocasión fue expulsado por el árbitro y le tiró la camiseta a la cara gritándole: "Te espero fuera". Lejos quedaba también la imitación de Fabio Capello que hizo en Montjuïc y que le costó la exclusión de las listas de convocados durante meses.
Apartado del equipo, a la espera de lo que decida el Colegio Arbitral sobre la rescisión del contrato, ahora peligra hasta su presencia en la selección. Cesare Prandelli, que le había vuelto a convocar y a mimar, ha redactado un código ético por el que cada internacional está obligado a respetar, en su respectivo club, una serie de normas -entre ellas la de no perjudicar a nadie con comportamientos irrespetuosos-. El que no las cumpla, no puede vestir la camiseta de la 'azzurra'.
De momento, ha solicitado poder volver a entrenarse con un técnico y un preparador físico y ha manifestado la voluntad de bajarse el sueldo a la mitad con tal de poder volver al equipo. El club sigue sin dar su brazo a torcer.
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