La Real trilingüe

En Zubieta, la ciudad deportiva de la Real Sociedad, no es extraño oir hablar francés. Casi es habitual en los últimos años. No tiene que ver con la tradicional hermandad franco-donostiarrea (frontera de por medio), como por la intensificación de los acuerdos de la Real Sociedad con clubes franceses y el rastreo de futbolistas en la Liga gala. Griezmann y Zurutuza son los ejemplos en el primer equipo, pero por debajo asoman otros futbolistas como Liassine Cadamuro, de Toulouse, o Nanizamayo, de Nantes. Lo de Griezmann fue una explosió, lo de Zurutuza tuvo más de voladura controlada. Nacido en Rochefort (1986), de donde era originaria su madre (su segundo apellido es Veillet), se crió sin embargo en Deba (Guipúzcoa), con lo que su origen francés tiene más que ver con lo geográfico que con lo deportivo. Criado en Deba, jugó en Ondárroa (Vizcaya), antes de que la Real lo reclutara para su equipo infantil. Ahí empezó un peregrinaje que jamás le puso las cosas fáciles, como si la confianza fuera limitada, como si la exigencia fuera infinita.

Zurutuza es un futbolista más poderoso que portentoso, y de ello ejerció en el filial, en el Eibar, al que fue cedido, en el primer equipo cuando debutó en Huesca en 2008, en el segundo equipo de nuevo cuando fue devuelto para que el Sanse salvara la categoría y finalmente en el primer equipo donde ponía los pulmones para que respirase el equipo. Hoy es un medio punta más guipuzcoano que francés, más poderoso que sutil, capaz de asistir a su delantero como a sus centrocampistas y de amargar la vida a la salida del balón del equipo contrario.

La vena francesa de la Real comenzó con la presencia de Reynald Denoueix en la temporada 2002, un seguidor fiel de la escuela del Nantes, aclamada por su gusto por el toque frente a la corajuda escuela del Auxerre. La ampliación de miras, tras la errática política de fichajes sorprendentes (ayer anunció la Real la contratación en enero del defensa Noruego, de origen letón, Demidov), le condujo a Francia, donde el Athletic también ha buscado sus caladeros en clubes del sur de Francia. En el club rojiblanco aún no han dado fruto en el primer equipo; en la Real sí. Griezmann y Zuru hablan francés aunque su fútbol tenga más que ver con el lenguaje guipuzcoano de Zubieta y las exigencias de la Liga española. Tres idiomas en Zubierta: euskera, español y francés. Tres historias que hoy se enfrehtana la multicultuyralidad de Osasuna, dondde parece que el equipo no acaba de entenderse.