Tercera victoria para Iannone

No pudo toserle nadie a Andrea Iannone en Alcañiz . Se había adjudicado la pole del sábado, hizo una salida perfecta, se apuntó la vuelta rápida, fue el primero en tomar la primera curva del circuito de Alcañiz, y el primero en llegar a la meta. Ni un pero. Ni un error. Iannone estuvo perfecto. Claro que ha pagado caros sus errores tanto al inicio del campeonato, cuando empezó con dos ceros, como, por ejemplo, en la última prueba: se adelantó en la salida y fue descalificado.

Fue su tercera victoria este 2010. En una carrera que empezó, como muchas de Moto2, con una caída múltiple en la entrada a la primera curva -que provocó Fonsi Nieto, recién operado, y en la que se vieron involucrados cinco pilotos-. Una carrera que terminó con Iannone dando la vuelta de honor con una bandera en recuerdo de Shoya Tomizawa, el piloto fallecido en el último gran premio, tan presente este fin de semana de motos en Alcañiz.

La prueba estuvo, además, protagonizada por Toni Elías, el líder del mundial, que brindó una remontada brillante. Salió mal, recibió un cachete por la izquierda, y otro por la derecha -"he estado a punto de verme involucrado en una caída", dijo-. Y de la duodécima plaza en la que salía, tras caerse en la sesión de clasificación, descendió a la decimosexta. No hay problema. El de Manresa es un maestro de las remontadas. Y lo ha vuelto a demostrar.

Fue escalando posiciones en un ejercicio de valentía y confianza. Sus tiempos eran los de los hombres en cabeza: Iannone, Simón, Corsi y Talmacsi, por este orden. Pero él andaba peleando con el resto del mundo. Hasta que les alcanzó. A siete vueltas para el final estaba solo a 2,4 segundos de Corsi, el último de aquel grupo de escapados, por detrás de Talmacsi, que peleaba cuerpo a cuerpo con Simón, quien al final pudo defender su segundo puesto.

Elías, que adelantó a Corsi a cuatro vueltas para el final, llegó a rodar casi un segundo más rápido que Talmacsi. Y aunque terminó muy cerca de éste, ya no pudo darle caza: se había exprimido por completo, no le quedaban fuerzas. Cruzó la línea de meta a ocho décimas de segundo del podio.